viernes, 15 de enero de 2016
Mujeres, pobreza y salud: TPP recrudecerá las desigualdades
El Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP) pondrá en riesgo la salud de mujeres mexicanas en situación de pobreza que sólo pueden acceder a medicamentos genéricos. En México 84.1% del volumen total de medicamentos que se consumen, es de origen genérico y su precio es hasta 5 veces menor al de patente.
Por: Ángel Ruiz (@ruizangelt) y Quetzalli Villanueva (@QXchebelyax)
En la última entrega de este #Plumaje recordábamos cómo los impactos ambientales afectan cuatro veces más a mujeres que a hombres. En el ámbito de la salud el escenario no es distinto. Según el último reporte de Health at Glance 2015 [1] de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), las mujeres mexicanas son quienes tienen menor expectativa de vida (77.4 años).
La expectativa de vida en México es la más baja de los países de la OCDE para mujeres y hombres. Sin embargo, existen factores como el acceso a la educación y el acceso a un trabajo digno que determinan dicha expectativa. Este informe señala que una mujer a los 30 años, con la mejor educación en México, vive 4.6 años más que una con la menor educación[2].
El problema estriba en que las desigualdades suman y no restan en este país. Un ejemplo: de acuerdo con los indicadores de pobreza y género de 2014 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política para el Desarrollo Social, CONEVAL, en los hogares (incluidos aquellos que tienen jefatura femenina), las personas con mayor carencia educativa son precisamente las jefas de familia de 45 a 65 años en situación de pobreza. Es en estos hogares es donde se padece hambre[3] con mayor regularidad.
La carencia educativa generalmente se vuelve una condicionante laboral y salarial, que tiene como consecuencia un impacto en el acceso a los servicios de salud. Las mujeres suelen tener acceso a salud más frecuentemente por vías indirectas que directas, es decir, ellas acceden por medios no asociados a un trabajo o a una contratación laboral directa.
En síntesis, las mujeres al frente de un hogar, especialmente aquellas que no tuvieron oportunidades educativas y con bajos ingresos económicos, tienen más probabilidades de padecer problemas alimentarios y sanitarios en sus hogares, y al mismo deben buscar vías distintas a su fuente de empleo para poder acceder a servicios de salud. Vaya usted haciendo las cuentas.
Acceso a la salud y consecuencias
Con la implementación del Seguro Popular se buscó contar con un sistema público universal de salud. Claudicación o no ante la creación de empleo digno suficiente para toda la población en condición de trabajar, lo cierto es que mucha de la población “flotante” femenina que no tenía acceso a la salud, pudo tenerlo con la implementación de esta política, más que a través de un entorno privado. Los mismos indicadores del CONEVAL muestran que las mujeres son las que más han aumentado su participación en el Seguro Popular, y en menor medida en las instituciones de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE. Sin embargo, el tener un sistema de atención a la salud de toda la población es apenas el primer paso.
Cualquier padre o madre de familia sabe que la mitad de gasto en salud se va en las consultas con el personal médico y el resto con las recetas en las farmacias. La OCDE señala también que en México el 30% del gasto promedio en salud es pagado directamente por las y los usuarios. Incluso, en el último reporte de esta organización, se indica que cerca del 1% de la población no puede asumir los gastos para atender su salud.
Los datos reflejan su crudeza: de 100 pesos para la atención pública a la salud, las y los usuarios aportan 30. En el escenario más crudo, existen aproximadamente 1,223,000[4] personas que simplemente no pueden pagar esos 30 pesos.
La “buena noticia” es que las personas que no forman parte de ese 1% pueden atender el gasto en salud que el Estado no provee, gracias a que hoy día una buena parte de las enfermedades pueden tratarse con medicamentos genéricos. Esta situación puede cambiar drásticamente debido al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) que en octubre pasado asumió el gobierno mexicano.
El TPP vs los medicamentos genéricos
El TPP es un acuerdo de libre comercio entre los países que comparten el Océano Pacífico, el más grande del mundo, representa 40% del PIB mundial y una tercera parte de la economía del planeta[5]. Este acuerdo es particularmente polémico en el ámbito de la salud, ya que extiende una serie de condiciones difíciles de cumplir respecto a los niveles de acceso a salud y de sistemas de calidad internacionales.
Con la justificación de fomentar la inventiva y la transferencia tecnológica, el TPP modifica la creación de genéricos ampliando el periodo de duración de la patente de un medicamento (a favor de las empresas farmacéuticas), la vinculación de las mismas, e inclusive, permitiendo patentar métodos o técnicas quirúrgicas[6]. Debido a ello, la producción de genéricos descenderá dramáticamente, por lo que la población sólo podrá acceder a medicamentos de patente con un costo mayor.
Para dimensionar la situación, esto sucederá en un país donde el 84.1% del volumen total de medicamentos que se consumen es de origen genérico (42.7% sin marca correspondiente, 9.5% genéricos de marca y 31.9% genéricos con nombre).
La diferencia entre un medicamento genérico y uno de patente oscila entre el 17.7% y 7.2 % del valor total. Esto significa que, si un medicamento de patente cuesta 500 pesos, de origen genérico costaría entre 85 y 35 pesos.[7]
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, en 2012 el consumo de medicamentos genéricos fue superior a los 11,400 millones de dólares.
Los atenuantes que se consideran son únicamente dos en el caso de la salud pública: la primera de ellas, en prácticas anticompetitivas y la segunda, en caso de emergencia sanitaria. Esto significa que la disminución del costo de un medicamento de patente sólo se presentaría ante una epidemia.
Ante esto nos cuestionamos, ¿puede un acuerdo comercial como el TPP poner en riesgo la salud de las mujeres en México, específicamente de aquellas que viven en situación de pobreza? Los datos nos dicen que sí, y será especialmente crudo para aquellas mujeres con menor escolaridad y otras situaciones específicas de vulnerabilidad.
El TPP deberá ser ratificado este año por el Congreso de la Unión de nuestro país, por lo que desde el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir nos sumamos a las voces que vigilan y exigen que el acceso a la salud deje de verse como beneficio de unos pocos y que contemos con sistemas de salud verdaderamente públicos e incluyentes.
@ISBeauvoir
[1] OECD (2015). Health at Glance 2015. OECD Indicators.
[2] OCDE (2015). Health at Glance…
[3] “…resultados señalan que, en todos los casos, cuando el hogar es dirigido por una mujer existen mayores posibilidades de que experimente carencia por acceso a la alimentación. Aún más, cuando la jefa del hogar se encuentra en situación de pobreza, la diferencia respecto a los hogares con jefatura masculina —también pobre— se agudiza (5.8 puntos porcentuales), duplicando a la que existe entre los jefes y jefas no pobres”. CONEVAL, (2014). Pobreza y género…
[4] Según datos del Banco Mundial de 2013, donde la población total del país es de 122,3 millones de personas.
[5] Los 12 países del TPP son Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Estados Unidos.
[6] Quien mejor ha documentado –y advertido– el TPP ha sido Médicos Sin Fronteras. En su campaña Comerciando con la salud: Acuerdo de Asociación Transpacífico / TPP señala los 7 puntos problemáticos de estas modificaciones, que han sido bautizadas como ADPIC-Plus.
[7] Fuente: Danzon y Furukawa. Prices And Availability of Pharmaceuticals: Evidence From Nine Countries, HEALTH AFFAIRS / Web Exclusive.
Fuente Animal Politico
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