Rosalía Vergara
MÉXICO D.F. (apro). – El dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano,
dijo que todavía confía en el gobierno del presidente Enrique Peña
Nieto, por lo que le pidió evitar que los programas sociales sean
utilizados electoralmente en los 14 comicios locales de julio próximo.
Por eso, agregó, aceptaron reanudar las sesiones públicas del Pacto por
México y firmar, este martes, el adéndum que buscar evitar el
clientelismo.
“No perdamos de vista, no la pierda usted –Enrique
Peña Nieto–, que una premisa fundamental del Pacto por México fue que
ningún interés particular, personal, de grupo o de partido podría estar
por encima del interés general del país. Por eso impulsamos y
participamos en la elaboración y en los trabajos del Pacto, depositando
confianza y actuando de buena fe”, expresó.
Pidió al presidente
Peña Nieto iniciar la revisión del historial de los delegados federales
de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
“Al empeñar usted
su palabra empeña también su investidura institucional, para que nada
se interponga en la construcción de los acuerdos y de las grandes
reformas que necesita el país”, advirtió.
Matilde Pérez U.
Con el convenio de concertación que firmaron la
Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y Nestlé para la Cruzada
Nacional contra el Hambre –que incluye el llamado Proyecto Café–, el
gobierno se convierte en punta de lanza para que la trasnacional se
apodere de la actividad cafetalera en San Luis Acatlán, Guerrero, donde
le venden el grano la mayoría de los 10 mil 500 productores de la
Montaña, señaló la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras
(CNOC).
Fernando Celis Calleja, asesor de la CNOC, explicó que la empresa
Cafeco se convirtió en la intermediaria de Nestlé, debido a que los
directivos de la trasnacional dijeron que no querían tener problemas con los productores.
Apuntó que los caficultores venden la mayoría de su producción a Cafeco, con la cual en la cosecha 2011-2012 tuvieron fuertes problemas porque ésta responsabilizó a los dirigentes de las organizaciones de la fuerte baja de los precios del café, y ofreció un sobreprecio para el grano hasta el término de la cosecha, lo que dividió a productores y comunidades.
Incluso, en algunas poblaciones se detuvo a los directivos de las organizaciones cafetaleras para exigirles un pago mayor.