Los programas divulgados por Televisa y Tv Azteca refuerzan actitudes sexistas y homofóbicas, hacen de la humillación al ser humano factor de entretenimiento cotidiano, ridiculizan a quienes se oponen a ellos, reproducen estereotipos, caricaturizan a estratos sociales como los indígenas, la gente de escasos recursos, las mujeres y la comunidad LGBTTI,[1] tergiversan la información en beneficio de sus intereses privados, violan la constitución y, recientemente, han llegado al punto de presentar en vivo montajes que falsifican la realidad.
En 1970 la publicación del artículo
“Constituents of a theory of the media” de Hans Magnus Enzesberger dio
pie a una de las polémicas más interesantes respecto al papel de la
televisión en las sociedades modernas. En su texto, el ensayista y
literato alemán criticaba a la “izquierda” de la época por lo estrecho
de sus juicios sobre el papel de los mass media y por la poca
importancia que le otorgaban al análisis de la producción simbólica en
beneficio del estudio de la producción material.