viernes, 8 de febrero de 2013

Comunicado al subcomandate Marcos y al EZLN, en respuesta a “ELLOS Y NOSOTROS VI Las Miradas 1″, #YoSoy132 Internacional



ACÁ ENTRE NOS (O SOBRE LAS MIRADAS DE ELLOS Y NOSOTROS)
“De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana”.
M. Benedetti
… al buen entendedor pocas palabras.
Estos versos nos conmueven y reflejan nuestro sentir sobre nuestra historia, nuestros dolores y, sobre todo, nuestras esperanzas. Estamos seguros de que nos entienden. Quién no tiene una pizca de sensibilidad y conciencia no intentaría denunciar las injusticias que pasan en el mundo. Algunos estamos en México, muchos lo vivimos desde el exilio.
¿Es lo mismo ser testigo de la justicia desde arriba (o desde en medio) que desde abajo? Sabemos que no. Estamos seguros de que no. ¿Cómo no querer cambiar este mundo injusto, que no comparte las riquezas humanas y destruye sobreexplotando los recursos naturales, contaminando la atmósfera, de todos los seres humanos y de los demás seres vivos?, ¿cómo no querer gritar “¡nunca más!”?
Hoy no escribimos para repetir nuestras demandas. Tampoco para explicar eso que algunos medios han querido criminalizar y muchas mentes no han podido comprender. Si recurrimos a estas palabras es para reconocernos a nosotros mismos, con nuestro potencial y nuestras limitantes. De nueva cuenta estamos seguros de que ustedes nos entienden. El proceso de construcción generalmente no es fácil. ¡Qué fácil, inútil y desgastante sería dirigir nuestras energías hacia la destrucción! Menos problemas, menos preguntas, menos inquietudes. Sin embargo, siguiendo su ejemplo  y el de muchos otros que nos inspiran, nosotros hemos decidido crear; y justo en eso estamos, en ese aprendizaje, posiblemente a veces inconsecuentes, inexpertos e ingenuos, pero tratando de no caminar solos. No están ustedes pa’ saberlo ni nosotros para contarlo, pero no ha sido un proceso fácil. El furor es fugaz, pero nuestros sueños siguen. Salimos a gritar porque pensamos que algún cambio es posible, aunque esos que están arriba nos quieran engañar una y otra vez. Visto en retrospectiva, es posible encontrar las causas de nuestro revés. Ustedes las han visto y nosotros las hemos reconocido. Pero una cosa les queremos decir: antes que las masas, la rebeldía multitudinaria, las consignas, los cantos y los colores, en nosotros está la idea de cambiar de una vez por todas este país: encontrar un equilibrio con todas las sociedades, incluyendo, valorando y respetando a sus comunidades indígenas en resistencia.
Hoy estamos seguros que, desde que nos vieron por primera vez, algunos podrían dibujar muchos de los tropiezos de ese episodio primaveral. Pero en el transcurso de cada derrota también recogimos enseñanzas, saludamos a compañerxs hasta hace poco desconocidos, tejimos una red de resistencia y de acción. ¿Cómo no ver esa semilla como una victoria? Y sin embargo, es tan sólo el inicio.
Y sí… esos ciento treinta y tantos somos, y esos ciento treinta y tantos más uno o más dos, o más miles más también somos y aquí estamos, compuestos de esa compleja, injusta y contrastante diversidad de la realidad social mexicana; entre ellxs,  hay “niñxs fresas” y “niñxs no fresas” que no pedimos -o pidieron, todo depende de donde se mire- serlo; pero reconociendo esas “injusticias” de la que también somos parte… Y desde esta mirada nos identificamos con su frase: “Un mundo donde quepan muchos mundos” O, ¿qué no es así?, ¿acaso entendimos mal?, ¿acaso no podemos luchar en conjunto diversos sectores sociales -lumpens, fresas, estudiantes, trabajadores, jóvenes, ancianos, indígenas, güeros, negros- conscientes, en búsqueda de “otro mundo” y “otro México” en donde quepan todos los mundos en equilibrio y en paz?
Nos referimos a ustedes porque saben que el cambio, cuando es legítimo, es un proceso lento que comienza con uno mismo. Lxs zapatistas lo han demostrado con un ejemplo de organización y de resistencia. De sobra estamos conscientes que este camino no es nada fácil. Tras la crítica, el cansancio y el autoanálisis, aún quedan quienes se conforman con que todo siga igual. Es esto lo que observamos ahora. Quizá no damos más primeras planas para los periódicos, y es cuando se distingue quienes se movilizaron por fama u oportunismo y quienes por creer que otro México es posible.  Además, ¿no fueron ustedes, los que dejaron constatado en uno de sus comunicados, que por más que los medios no hablaran de los zapatistas durante mucho tiempo, reivindicaban su existencia como lucha y dejaron también explícito en el mismo, que durante ese tiempo, lograron construir su autonomía? Pues nosotros estamos en una situación semejante.
¿Errores? Sí, hemos tenido varios. No obstante, vamos aprendiendo de ellos. Los movimientos sociales también reflejan la humanidad, puede mostrarse el protagonismo, la fanfarronería y demás defectos del ser humano. No lo negaremos. Pero sí diremos que lo importante es no volver a padecerlos en el futuro. Por si se lo preguntan, en ese proceso de aprendizaje es donde estamos. Para tener respuestas preguntar puede servir.
Y sin embargo, nos movemos. Nos movemos porque creemos que la lucha por un México más justo no es cuestión de una coyuntura electoral ni algo que importa una vez cada seis años. Creemos que la democracia auténtica toma vida con la participación ciudadana, con el empoderamiento de los de abajo, con el fin de quitarle el poder a esa mafia político-económica que nos tiene donde nos tiene, con la unión de las diferentes luchas.
Ahora sí, una vez que les hemos contado nuestra historia, nuestros dolores y nuestras esperanzas, permítanos decir algo que parece no apreciaron a través de la ventana por donde nos observaron. Llevamos casi 20 años observándolos. Llevamos casi 20 años aprendiendo de la lucha zapatista que, a su vez, ha sido semilla para otras luchas como las de nuestrxs compas del 15-M en España o los movimientos Occupy por todo el mundo. Y sí, los puentes que hemos tratado de construir no sólo han sido para acercar a los millones de mexicanos que buscan en el extranjero lo que su país les ha negado, sino también para acercarnos a nuestrxs compas de la revolución global. Por ahí dicen que más vale tarde que nunca. Un puente es algo que une dos orillas y permite caminar sobre imposibles. Desde acá les advertimos que el movimiento 132 es mucho más que el 132.
Por la revolución global del 99%,
#YoSoy132Internacional

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