miércoles, 3 de abril de 2013

El crimen organizado, un contrapoder en México: ONU



MÉXICO, D.F. (apro).- Los grupos del crimen organizado en México se han convertido en un contrapoder que, a su vez, ha originado el surgimiento de civiles armados en zonas rurales para imponer el orden, asegura el jefe de la oficina contra la droga y el delito de la ONU para Centroamérica, México y el Caribe, Antonio Luigi Mazzitelli.
De acuerdo con el funcionario de Naciones Unidas, organizaciones criminales como Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios han mutado hacia una explotación mafiosa del territorio.
“Nacen para proteger las rutas de los cárteles, pero gradualmente evolucionan, controlan un territorio y empiezan a autofinanciarse con las rentas obtenidas en la zona que controlan”, afirma en entrevista con el diario español El País.

Según Mazzitelli, la mutación de esos grupos criminales, que combinan la extorsión, el secuestro y otros delitos se verifica cuando entran dentro del mundo criminal sin una especialización en el tráfico de droga, pero vienen de mandos militares cuya característica es la capacidad de manejar la violencia para controlar el territorio.
En respuesta, apunta, han surgido grupos de civiles armados en zonas rurales que se atribuyen legitimidad para imponer su orden.
“El fenómeno de las autodefensas es una señal bastante clara”, dice Mazzitelli, quien advierte sobre la necesidad de una mayor presencia institucional en varios territorios.
Sobre el trasiego de droga por el territorio mexicano, asegura que ha sido afectado por la lucha entre los mismos cárteles.
“Hay indicios de que la ruta mexicana hoy en día no es importante. Hay otras que quizás son más rentables y menos arriesgadas”, puntualiza.
“Si yo me pongo en los zapatos de un narcotraficante, que conoce la atomización del territorio, antes de recorrer por México miles de kilómetros por carretera pasando por zonas que no controlo, lo pensaría varias veces. El narco es un negocio racional. El objetivo es minimizar riesgos”.
El recorrido de la cocaína, asegura, se ha trasladado en buena medida al Caribe.
Respecto de los planes sobre seguridad del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuyas responsabilidades operativas deben ser reveladas, considera que podrían adecuarse más que los del gobierno anterior.
“Quieren pasar de un enfoque represivo a otro preventivo. Felipe Calderón operó en un momento en el que la violencia ya se había desbordado. No había posibilidad de hablar de prevención con los focos de la violencia ya encendidos. Ha sido un proceso en el que la violencia ha generado más violencia”, dice.

Fuente Proceso

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