miércoles, 1 de mayo de 2013

Trabajadores en México, sin nada que celebrar el 1 de mayo: UIA

Desde hace más de tres décadas empledos sufren una pérdida paulatina de sus conquistas históricas y del poder adquisitivo.

Juan Carlos Miranda

México, DF. Aunque el Primero de Mayo es una de las celebraciones más importantes para los trabajadores a nivel mundial porque reivindica la lucha de los mártires de Chicago y es un bastión de la clase trabajadora por la conquista de sus derechos laborales, la clase trabajadora mexicana no tiene nada que celebrar, pues ha presenciado desde hace más de tres décadas, la pérdida paulatina de sus conquistas históricas, sostiene el Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla.
En un pronunciamiento con motivo de esta fecha, el organismo recordó que desde 1976, los salarios reales de los mexicanos han presentado una constante caída de su poder adquisitivo, la cual fue más violenta en los años ochenta.
Agregó que dicha tendencia continua en la actualidad, ya que de 2006 a 2012, los precios de mercancías de consumo básico como la tortilla, el pan blanco y el huevo registraron incrementos de 82, 66, y 148 por ciento respectivamente, mientras que el aumento al salario mínimo durante este mismo periodo fue de solo 22 puntos porcentuales.

Detalla que sólo de 2006 a 2012, los precios de esta canasta básica se incrementaron en 65 por ciento, nivel superior a la cifra oficial de 4.2 por ciento de inflación, lo que demuestra que el aumento de los precios ha eliminado el insignificante incremento del 3.9 que se dio a los salarios para este 2013.
De acuerdo con el Observatorio, desde los ochenta a la fecha, los gobiernos neoliberales han pugnado por colocar a México como proveedor de mano de obra barata mediante la utilización de mecanismos como la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), sin menoscabo de violentar continuamente el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Explicó que sobre este principio es que  se ha llevado a cabo la reforma laboral, “la cual implica vulnerar los derechos de la clase trabajadora en aras de privilegiar a los grandes grupos económicos mexicanos y extranjeros que deciden el futuro del país”.
En síntesis, indicó que la reforma laboral abarata los costos de contratación, de remuneración de la fuerza de trabajo y de despido a costa del nivel de vida actual y futuro de millones de trabajadores.
Además señaló que en los años ochenta, los empresarios utilizaron el supuesto estancamiento de la productividad del trabajo y su “efecto inflacionario” como pretexto para justificar la depresión y contención de los salarios.
Sin embargo destaca que otros países latinoamericanos similares a México, como Brasil muestran tendencias opuestas en materia salarial ya que los salarios mínimos de los trabajadores brasileños han aumentado en promedio 5.4 por ciento anual en términos reales en los últimos 10 años.
“Estos ejemplos nulifican los argumentos que defienden la precarización laboral y salarial como las únicas herramientas necesarias para el crecimiento”, sostuvo.
Por ello, puntualizó que la reivindicación efectiva del Primero de Mayo como día del trabajo, sólo comenzará cuando los trabajadores del campo y la ciudad adquieran consciencia de que la situación presente y futura de la clase trabajadora no tiene un panorama promisorio en tanto no se enarbole por ellos mismos y por grandes grupos de población en condiciones de sobrevivencia, un nuevo proyecto integral de nación, cuyo eje sea el bienestar de los trabajadores y de la población en general.

Fuente La Jornada

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