Las
recientes mentiras surgidas de la Secretaría de Seguridad Pública
Federal para tratar de no ser exhibida por el caso Tres Marías no son
algo nuevo
Las recientes mentiras surgidas de la
Secretaría de Seguridad Pública Federal para tratar de no ser exhibida
por “el caso Tres Marías” no son algo nuevo, han sido una constante
desde que, durante el foxiato, Genaro García Luna, dirigía la Agencia
Federal de investigaciones. Sin duda la gestión de García Luna durante
los sexenios panistas quedará marcada por tres grandes signos: el
engaño, la corrupción y la impunidad.
Pero con todo y eso, García Luna, será el primero en encontrar chamba una vez que concluya el próximo día 30 su terrible gestión. Y no, no piense usted que los peñistas lo invitaran a colaborar como consultor en materia de seguridad. No, nada de eso.
En Hollywood han seguido paso a paso su gestión y, sabedores de su gran imaginación para los montajes, tienen planeados invitarlo para que escriba, produzca dirija y actué en un film al estilo reality show que, sin duda, lo convertirá en un serio aspirante a obtener un Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográfica por sus excelencias ya manifiestas para producir montajes dignos de la industria fílmica.
Sabemos que le solicitaran al gran Genaro la producción de una película basada en un hecho de la vida real, que será un enorme boom taquillero. La historia es real. Fue platicada a detalle a este escribidor por un jugador de futbol que fuese miembro de la Selección Mexicana y que fuera testigo presencial de lo ocurrido.
Sucedió que el 19 de junio de 2005 al participar el seleccionado nacional en la Copa Confederaciones, celebrada en Alemania, como usted recordará, se dio un triunfo sobre la Selección de Brasil por un gol a cero provocando con esto una gran algarabía.
Esa noche prácticamente todos los seleccionados cerraron un antro en Hannover para tener su propio festejo, donde abundaron las guapas mujeres, ríos de alcohol y muchos gramos de droga.
Fue de tales dimensiones la “fiesta” que tocó los linderos de la orgía. Y fue así que durante esa noche, me platica el testigo presencial, dos de los seleccionados, Salvador Carmona y Aarón Galindo, sostuvieron relaciones sexuales con Adriana Lavat, entonces esposa del capital del seleccionado Rafael Márquez, quien uno días después al enterarse de este hecho –tras la cruda, pues-- exigió al técnico Ricardo Lavolpe la separación inmediata de los jugadores cruzazulinos, amenazanado que, de no ocurrir la expulsión de ambos, haría púbico que la mayoría de los seleccionados son adictos a alguna sustancia psicotrópica.
A LAS ÓRDENES DE LA TV
El 22 de junio de 2005 los jugadores fueron separados del plantel y expulsados por supuesta indisciplina.
Pero, a partir de ese día, corrieron varias versiones –homosexualidad, avaricia por supustos cobro de primas exorbitantes, etc.-- que, incluso, lastimaron seriamente al equipo Cruz Azul, equipo en el que se desempeñaban Galindo y Carmona.
Todo ello, como usted tiene presente, obligó a que la Fifa abriera una indagación que, de comprobar la adicción de los seleccionados, podría haber cancelado la participación de la Selección Mexicana en el Campeonato Mundial 2006 que también se celebró en Alemania.
Y fue así que, agobiado por la presión contra sus jugadores y su Club, el entonces director técnico del Cruz Azul, Rubén Omar Romano, declaró el lunes 18 de julio del 2005 que, de continuar el acoso contra Carmona y Galindo, él diría toda la verdad.
El escándalo de gran magnitud y la indagación de la Fifa continuaba por lo que, platica interlocutor, una importante empresa domiciliada en la capitalina Avenida Chapultepec y que maneja a su antojo los destinos del espectáculo del futbol en nuestro país, solicitó la intervención de Genaro García Luna. El negocio que la transmisión del Mundial le representaba se hallaba en riesgo.
Así, el 19 de julio de 2005, Rubén Omar Romano fue secuestrado en Xochimilco. El argentino permaneció en cautiverio durante 65 días, siendo “liberado” el 20 de septiembre de ese año por la AFI de García Luna, que montó un sensacional espectáculo que incluso fue grabado y difundido con bombo y platillo en la televisión.
Se supone que en el lapso de esos 65 días, la empresa logró negociar con la Fifa el cierre del expediente, asegurando con ello la participación de la Selección Mexicana en el Mundial del 2006 y, claro, la obtención de utilidades calculadas en 215 millones de dólares.
En Hollywood, casos como el antes relatado, el de Florence Cassez, y –entre otros-- el más reciente el de Tres Marías han sido seguidos por los empresarios cinematográficas que, seguro, invitarán al gran Genaro García Luna, a producir historietas como la aquí narradas.
Pero con todo y eso, García Luna, será el primero en encontrar chamba una vez que concluya el próximo día 30 su terrible gestión. Y no, no piense usted que los peñistas lo invitaran a colaborar como consultor en materia de seguridad. No, nada de eso.
En Hollywood han seguido paso a paso su gestión y, sabedores de su gran imaginación para los montajes, tienen planeados invitarlo para que escriba, produzca dirija y actué en un film al estilo reality show que, sin duda, lo convertirá en un serio aspirante a obtener un Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográfica por sus excelencias ya manifiestas para producir montajes dignos de la industria fílmica.
Sabemos que le solicitaran al gran Genaro la producción de una película basada en un hecho de la vida real, que será un enorme boom taquillero. La historia es real. Fue platicada a detalle a este escribidor por un jugador de futbol que fuese miembro de la Selección Mexicana y que fuera testigo presencial de lo ocurrido.
Sucedió que el 19 de junio de 2005 al participar el seleccionado nacional en la Copa Confederaciones, celebrada en Alemania, como usted recordará, se dio un triunfo sobre la Selección de Brasil por un gol a cero provocando con esto una gran algarabía.
Esa noche prácticamente todos los seleccionados cerraron un antro en Hannover para tener su propio festejo, donde abundaron las guapas mujeres, ríos de alcohol y muchos gramos de droga.
Fue de tales dimensiones la “fiesta” que tocó los linderos de la orgía. Y fue así que durante esa noche, me platica el testigo presencial, dos de los seleccionados, Salvador Carmona y Aarón Galindo, sostuvieron relaciones sexuales con Adriana Lavat, entonces esposa del capital del seleccionado Rafael Márquez, quien uno días después al enterarse de este hecho –tras la cruda, pues-- exigió al técnico Ricardo Lavolpe la separación inmediata de los jugadores cruzazulinos, amenazanado que, de no ocurrir la expulsión de ambos, haría púbico que la mayoría de los seleccionados son adictos a alguna sustancia psicotrópica.
A LAS ÓRDENES DE LA TV
El 22 de junio de 2005 los jugadores fueron separados del plantel y expulsados por supuesta indisciplina.
Pero, a partir de ese día, corrieron varias versiones –homosexualidad, avaricia por supustos cobro de primas exorbitantes, etc.-- que, incluso, lastimaron seriamente al equipo Cruz Azul, equipo en el que se desempeñaban Galindo y Carmona.
Todo ello, como usted tiene presente, obligó a que la Fifa abriera una indagación que, de comprobar la adicción de los seleccionados, podría haber cancelado la participación de la Selección Mexicana en el Campeonato Mundial 2006 que también se celebró en Alemania.
Y fue así que, agobiado por la presión contra sus jugadores y su Club, el entonces director técnico del Cruz Azul, Rubén Omar Romano, declaró el lunes 18 de julio del 2005 que, de continuar el acoso contra Carmona y Galindo, él diría toda la verdad.
El escándalo de gran magnitud y la indagación de la Fifa continuaba por lo que, platica interlocutor, una importante empresa domiciliada en la capitalina Avenida Chapultepec y que maneja a su antojo los destinos del espectáculo del futbol en nuestro país, solicitó la intervención de Genaro García Luna. El negocio que la transmisión del Mundial le representaba se hallaba en riesgo.
Así, el 19 de julio de 2005, Rubén Omar Romano fue secuestrado en Xochimilco. El argentino permaneció en cautiverio durante 65 días, siendo “liberado” el 20 de septiembre de ese año por la AFI de García Luna, que montó un sensacional espectáculo que incluso fue grabado y difundido con bombo y platillo en la televisión.
Se supone que en el lapso de esos 65 días, la empresa logró negociar con la Fifa el cierre del expediente, asegurando con ello la participación de la Selección Mexicana en el Mundial del 2006 y, claro, la obtención de utilidades calculadas en 215 millones de dólares.
En Hollywood, casos como el antes relatado, el de Florence Cassez, y –entre otros-- el más reciente el de Tres Marías han sido seguidos por los empresarios cinematográficas que, seguro, invitarán al gran Genaro García Luna, a producir historietas como la aquí narradas.
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
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