Con un mérito innegable, el de haber visibilizado a las personas con discapacidad, la Fundación Teletón se ha convertido en un aparato que acapara cada vez más los recursos que el Estado tendría que emplear para cumplir con sus responsabilidades.
Y no es poco dinero: el Teletón ha recibido al menos mil 464 millones de pesos de recursos públicos en sus 15 años de existencia, según documentos entregados a emeequis por los gobiernos de ocho estados en respuesta a solicitudes de acceso a la información.
En otras palabras: uno de cada tres pesos que el Teletón ha captado proviene de los bolsillos del gobierno, es decir, de todos nosotros.
Los reportes revelan otro aspecto desconocido. Sonora, Michoacán y Estado de México fueron mucho más allá: aprobaron leyes que obligan a sus gobiernos a entregar de 34 a 73 millones de pesos cada año a los centros Teletón, como si fueran un programa público.
Los especialistas se sorprenden: “Por qué optan por donar este dinero en vez de usarlo en la misma labor”, se pregunta Diego de la Mora, de Fundar, una organización que promueve la rendición de cuentas.
Y son más duros en su crítica. Clara Jusidman, ex secretaria de Desarrollo Social en el DF, lo dice claramente: “El Teletón se ha convertido en un monopolio privado con ayuda de los dineros públicos”.
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Por Rafael Cabrera
@raflescabrera
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Nueve, nueve, nueve, nueve… Es la cuenta que a ti te espera, ayudemos al Teletón. El jingle
ha cumplido su cometido durante 15 años. Y en esta edición, su décima
sexta, no será la excepción. Pegajoso, insoportable, inolvidable. Ha
sido una de las vías por las que ha llegado a millones de hogares el
mensaje para invitar a los mexicanos a ayudar a los (“nuestros”) menores
con discapacidad.La tonada forma parte de la poderosa y eficaz maquinaria mediática, sentimental y de donativos que la Fundación Teletón, con el respaldo de Televisa, ha desplegado para construir desde que fue creada un total de 20 Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) en 18 estados del país.
Y aunque esos maratones televisivos han mostrado su eficacia a la hora de reunir recursos, no todo ha sido dinero aportado por empresas y particulares.
Los gobiernos federal y estatales han donado, y lo han hecho sin miramientos ni tibiezas: al menos mil 464 millones de pesos de recursos públicos han sido transferidos al Teletón, según documentan reportes entregados a emeequis por las autoridades oficiales en respuesta a solicitudes de acceso a la información.
No es una cantidad menor: uno de cada tres pesos que recibe el Teletón proviene de recursos públicos.
La participación pública no ha quedado ahí: entidades como Sonora, Michoacán y el Estado de México han ido mucho más allá de realizar simples aportaciones: impulsaron leyes que obligan a sus gobiernos a aportar millonarias partidas presupuestales durante la próxima década a los centros Teletón que operan en sus territorios, como si fueran un programa público.
Para organizaciones de la sociedad civil e investigadores del tema, la entrega de grandes cantidades de dinero público a este proyecto privado es cuestionable.
“El tema de fondo es la renuncia del Estado a cumplir sus obligaciones con las personas con discapacidad, pues está transfiriendo su responsabilidad a organismos privados”, advierte Clara Jusidman, ex secretaria de Desarrollo Social del gobierno del DF y presidenta de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide), “Este modelo, alerta, se está convirtiendo en un monopolio con resultados polémicos”.
No sólo eso. La transferencia de recursos públicos a una asociación privada, destaca la organización civil Fundar, especializada en la transparencia y rendición de cuentas, no está sujeta a ninguna vigilancia.
Los próximos 7 y 8 diciembre se realizará la nueva edición del Teletón. Durante más de 24 horas, actores, cantantes y conductores de televisión harán todo lo posible —incluso llorar ante las cámaras— para conmover a millones de televidentes y conseguir que las personas donen, aunque sea una moneda, para superar los 471 millones de pesos recolectados el año pasado.
Y los gobiernos también saldrán a donar, sólo que con dinero del bolsillo de todos…
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“Caminemos juntos”. El lema del Teletón de este año deja en claro que el proyecto aún tiene trecho por delante. Desde su primera emisión, aquel lejano 12 de diciembre de 1997, cuando recaudó 138 millones de pesos, el proyecto ha ido recorriendo todo el territorio nacional.
Y cada año, sin excepción, ha crecido invariablemente. El objetivo de Fernando Landeros, presidente de su fundación, es que haya un CRIT en cada una de las 32 entidades. Hasta ahora, el Teletón ha recaudado una cantidad de dinero tan espectacular como los shows y el despliegue mediático para conseguir los donativos: más de 4 mil 635 millones de pesos.
En los próximos días, la sonrisa de Marco Antonio Regil y las lágrimas de Lucero harán todo lo posible para rebasar el techo de los 5 mil millones de pesos.
emeequis realizó solicitudes de información pública a los 18 estados donde la Fundación Teletón ha edificado sus CRIT: Coahuila, estado de México, Jalisco, Puebla, Quintana Roo, Yucatán, Sonora y Veracruz entregaron los reportes financieros de sus donativos.
Lo propio hicieron la Secretaría de Salud federal y la Asamblea Legislativa del DF.
El gobierno capitalino informó que no ha realizado aportaciones en efectivo, pero confirmó la donación de un terreno de más de 8 mil 500 metros cuadrados en Iztapalapa. El valor de este predio, señaló la Oficialía Mayor, será un dato reservado por siete años, conforme al contrato suscrito entre el gobierno del DF y la Fundación Teletón para mantener en la confidencialidad ciertos datos del acuerdo.
Los gobiernos de Aguascalientes, Durango e Hidalgo aseguraron no haber realizado donativos. El resto de entidades –Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Oaxaca y Tamaulipas– solicitaron ampliación de plazo o no habían atendido las solicitudes de información enviadas.
Para Diego de la Mora, encargado del área de presupuesto de Fundar, los donativos hechos por los gobiernos estatales a una organización que realiza la labor de la que ellos deberían responsabilizarse, demuestra la falta de rendición de cuentas.
“¿Cuál es la razón de un gobierno para donar tal cantidad de dinero y no invertirla en proyectos públicos?”, se pregunta De la Mora.
De los gobiernos que han entregado recursos públicos al Teletón, el del estado de México es el que más dinero ha aportado, seguido de Quintana Roo, Sonora, Coahuila y Jalisco.
En total, la Fundación Teletón ha recibido de ellos al menos mil 463 millones de pesos durante los últimos 12 años. Es decir, una tercera parte del dinero que se ha recaudado en 15 teletones.
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En el segundo semestre de 2009, el mismo año en que 49 menores de edad fallecieron en el incendio de la Guardería ABC, en Hermosillo, por una cadena de errores y negligencias de funcionarios federales y estatales, el Congreso de Sonora aprobó una reforma enviada por el gobernador para que la Fundación Teletón tuviera garantizados los recursos necesarios para operar el CRIT que se planeaba construir en la entidad.
Con su iniciativa, han dicho sus críticos, el gobernador panista Guillermo Padrés buscó borrar el terror de las imágenes de los niños quemados que le heredó el gobierno priista saliente.
Así que el 29 de octubre de aquel año, el Congreso discutió y aprobó sin complicaciones la reforma. El proyecto era claro: el gobierno entregará a la Fundación Teletón la cantidad de 34 millones 320 mil pesos anuales en el periodo 2010 a 2020, a cambio de la construcción y operación de un centro en el estado.
Al término de 2020, se habrán transferido 377.5 millones de pesos a este proyecto que, a final de cuentas, seguirá siendo privado.
Así fue como el Teletón dejó de ser el simple beneficiario de un donativo del gobierno de Sonora para colarse al presupuesto del estado.
Los resultados a la fecha no son para nada espectaculares: desde la apertura del centro, el 15 de noviembre de 2010, se han atendido solamente a 917 niños, de acuerdo con el sitio de internet del Teletón.
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El de Sonora fue el primer caso de un financiamiento de este tipo en el país. Pero no fue el último. Ni el que ha implicado más transferencia de recursos.
El Estado de México y la Fundación Teletón quedaron unidos desde 1997. Un matrimonio público-privado que sigue funcionando.
En tierras mexiquenses se construyó el primer CRIT, exactamente en Barrientos, Tlalnepantla. Cuatro distintos gobernadores han apoyado el proyecto: César Camacho Quiroz, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila. Y lo han hecho a manos llenas.
Desde entonces, tres centros se han construido ahí: en Tlalnepantla, en Nezahualcóyotl y, el más reciente, en Ecatepec, éste último con la particularidad de atender a niños con discapacidad auditiva. Es la única entidad con más de un centro. Y todos se han edificado en terrenos donados por las autoridades.
Los reportes entregados vía transparencia dan cuenta de que el gobierno del Estado de México es el que más ha beneficiado al Teletón.
Y lo ha hecho a costa de los recursos de su propio DIF, institución que ha visto mermado todos los años su presupuesto: ha transferido al Teletón más de 424.8 millones de pesos en el periodo 2005-2012.
Desde 2010, sin embargo, se produjo un cambio trascendental: a iniciativa del entonces gobernador Peña Nieto las aportaciones dejaron de ser donativos para integrarse al presupuesto estatal.
El Congreso local realizó una reforma para que a partir de 2012 la Ley de Egresos incluyera durante una década una partida anual de 73 millones de pesos
Es decir, los mexiquense habrán entregado 730 millones de pesos de recursos públicos al Teletón al concluir 2021.
“Se autoriza al Ejecutivo del estado para que, a partir del ejercicio presupuestal 2012 y por un plazo de 10 años, afecte anualmente la partida presupuestal correspondiente del Presupuesto de Egresos del Estado, por la cantidad de 73 millones de pesos, en cumplimiento de las obligaciones derivadas de los contratos suscritos entre el Ejecutivo del Estado y la asociación civil denominada Fundación Teletón México”, señala el decreto publicado el 10 de noviembre de 2010 en el Periódico Oficial del Estado.
Años antes, cuando se cumplió el décimo aniversario del Teletón, el gobernador Peña Nieto acudió al CRIT de Tlalnepantla. Ahí se sinceró:
“Este evento ya es de todos los mexicanos. Ha sembrado un espíritu de solidaridad. Y es entre todos que habremos de construir mejores condiciones para el bienestar de quienes menos tienen y requieren un poquito de ayuda. Con un granito de arena se logran grandes historias de éxito y triunfo. Seguiremos apoyando al Teletón. El DIF tiene su propia labor de rehabilitación, pero obviamente el Teletón es un esfuerzo macro. El gobierno del estado ha venido construyendo unos centros de rehabilitación, modestos”.
Los donativos para la Fundación Teletón no han parado ahí. A través de su Secretaría de Finanzas, el gobierno mexiquense dio otros 10 millones de pesos.
El Congreso local ha hecho lo propio, aunque en menor medida: 1.3 millones de 2007 a 2011. Y el municipio de Tlalnepantla, donde están las oficinas principales de la fundación, ha aportado 2.4 millones de pesos a través de 16 pagos entre 2004 y 2011. Las alcaldías de Nezahualcóyotl y Ecatepec no respondieron a las solicitudes de información.
Este patrón se repite en varias entidades, lo que llama la atención de especialistas como Jesús Gastélum Lage, maestro en Política Social y Desarrollo por la London School of Economics e investigador del ITAM.
Resulta alarmante, dice, “la decisión unilateral y poco transparente” de varios gobernadores por comprometer recursos públicos a una fundación que ya recibe cientos de millones de donativos, entre aportaciones privadas y de ciudadanos, para cumplir su objeto social.
A su juicio, se trata del desmantelamiento de instituciones gubernamentales, como es el caso del DIF: el gobierno del Estado de México, por citar el ejemplo más claro, destinó en 2011 una cantidad de 58 millones de pesos al Teletón, lo que “dejó descubiertos a los demás grupos vulnerables y programas que atiende esa misma institución”.
Diego de la Mora, de Fundar, se asombra por la práctica poco conocida de los gobiernos locales: “Es increíble que se hayan hecho reformas legales para incluir al Teletón en el presupuesto de los estados, cuando la atención a personas con discapacidad es una obligación del Estado. Debe haber una justificación de por qué optan por donar este dinero en vez de utilizarlo en la misma labor”.
El investigador destaca un elemento adicional: de acuerdo con las leyes de transparencia de Sonora y del estado de México, “cualquier sujeto que reciba dinero público está obligado a transparentarlo, lo que no sucede con el Teletón”.
Al revisar su portal, sólo se pueden encontrar reportes financieros que engloban las aportaciones obtenidas, pero sin detallar cuánto del dinero captado es de origen público.
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Clara Jusidman se oye molesta, seria. Durante la conversación no dudará en calificar de “modelito” al proyecto Teletón. La primera secretaria de Desarrollo Social del Gobierno del DF y una de las especialistas en la materia, es dura al analizar las millonarias cantidades de recursos públicos que los gobiernos estatales donan a la fundación ligada a la televisora más importante del país.
“Se está privilegiando a un pequeño grupo de personas de escasos recursos a un alto costo para la sociedad. No se está garantizando la atención para todos. Y eso es algo que deberían hacer los gobiernos. Están renunciando a su obligación y delegan su responsabilidad a un proyecto privado”, argumenta sin ocultar su molestia.
Jusidman, quien ha sido consejera de la Comisión de Derechos Humanos del DF, elaborado investigaciones para la Unicef y cuenta con un extenso currículum de actividades académicas y sociales, advierte que el apoyo de los gobiernos al Teletón ha derivado en un desmantelamiento de los DIF estatales.
“Qué bueno que se dé atención con tecnología de punta. Pero cada CRIT sólo da atención a mil o, a lo mucho, mil 500 niños al año. El dinero público entregado al Teletón debería ser para modernizar al DIF federal y los de cada estado. Bajo este modelo, muchos niños y sus familias quedan excluidos. Además, son centros que no son de fácil acceso para todas las comunidades”.
En México, de acuerdo con el censo de población más reciente, viven 5.7 millones de personas con discapacidad, de las cuales 518 mil son niños y jóvenes de entre cero y 14 años. El Teletón, que ha ido acaparando cada vez más recursos públicos, ha atendido a poco más de 54 mil niños-familias durante sus 15 años de existencia.
Jusidman sigue con su análisis: “Me parece mucho más pertinente fortalecer un sistema público y su red de unidades en todo el país, como era la concepción original del DIF. Pero el gobierno abandonó al DIF. Lo descentralizó y dejó de formar a personas para dar terapia física y del lenguaje. Es lo que el Teletón hace ahora en convenio con la Universidad Autónoma del Estado de México”.
Estamos, dice sin tapujos, ante la destrucción del Estado: “Se delegan sus responsabilidades en instituciones privadas que, además, no rinden cuentas sobre los millones de recursos públicos que reciben. Se han convertido en un monopolio con ayuda de los gobiernos”.
Se ayuda, sí, pero a unos cuantos y a un altísimo costo.
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El objetivo del Teletón 2012 es construir un CRIT en Michoacán, entidad que este año volvió a ser gobernada por el PRI tras una década de perredismo. El proyecto de la fundación ha encontrado todas las facilidades y apoyos del gobierno, incluidas, por supuesto, las presupuestales.
Así como ocurrió en Sonora y el Estado de México, el gobierno de Michoacán también impulsó reformas de ley para etiquetar recursos anuales a favor del Teletón.
El Congreso de aquella entidad recibió el 18 de septiembre pasado una iniciativa del gobernador Fausto Vallejo para transferir a Teletón la cifra de 40 millones de pesos anuales a partir de 2014 y hasta 2023. Es decir, se aportarán 400 millones en una década.
La iniciativa fue aprobada dos semanas después por la mayoría de los diputados locales, con excepción de la bancada del PRD.
En la exposición de motivos, Fausto Vallejo reconoce que es obligación del Estado garantizar la atención a los menores con discapacidad y que debido a que el DIF estatal no cuenta con los recursos y equipamiento para hacerlo, es preferible apoyar al Teletón para que otorgue este servicio.
Justificó el gobernador: “Es imperativa la obligación del Estado de atender a todo aquel que requiera de rehabilitación, (pero) esto nos lleva a reconocer que los servicios en este renglón son insuficientes, aunque sí de buena calidad, pero no especializados en tecnología de punta. (…) Por lo que es de total interés para el gobierno del estado la coordinación de recursos con la Fundación Teletón para el establecimiento de un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón en la entidad que preste sus servicios a los habitantes”.
La iniciativa del gobernador michoacano reveló algunos detalles de los términos en que se establece este tipo de acuerdos: “La Fundación Teletón solicita que se garanticen anualmente 40 millones de pesos para operatividad del centro. Entre los mil niños que se pretenden atender anualmente y de forma simultánea, arrojaría un promedio de gasto diario de 111 pesos por niño”.
Sólo se atenderá a mil niños cada año, aunque en el mismo documento el gobernador reconoce que en Michoacán existen 27 mil 441 personas de entre cero y 19 años de edad con discapacidad.
Clara Jusidman cuestiona: “Si se pueden invertir 400 millones de pesos en 10 años, ¿por qué no hacerlo en infraestructura y servicios públicos, en lugar de mantener una iniciativa privada? Estamos ante intereses mediáticos y políticos. Nadie va a desperdiciar la oportunidad de salir entregando un cheque en Televisa, menos un político”.
A menos que Fausto Vallejo vete su propia iniciativa, sólo resta que el decreto se publique en el Periódico Oficial de Michoacán para que se formalice la transferencia de dinero público al Teletón.
Junto con el CRIT de Michoacán, este año la Fundación también busca crear una unidad de atención a niños con cáncer en Querétaro.
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Raquel Jelinek no cree la cifra. Se oye desconcertada. “¿En serio han aprobado leyes para dar dinero al Teletón?”. Es presidenta de Inclusión Interamericana, una de las organizaciones que forman parte de la Confederación Mexicana de Organizaciones en Favor de la Persona con Discapacidad Intelectual, A.C. (Confe), organismo que nació desde 1978 para ayudar a personas con discapacidad y a sus familias. Desde entonces han apoyado a más de 500 mil personas.
“Tendríamos que ver por qué el Teletón se arroga el derecho de solicitar y que se le canalicen recursos. ¿Qué vinculación tiene con los estados y Televisa, no? Yo, honestamente, desconocía que se manejara esta cantidad de recursos, estamos con los ojos vendados en rendición de cuentas”, dice, con sorpresa, Jelinek.
La especialista, no obstante, reconoce un punto importante en favor del Teletón: visibilizó a las personas con discapacidad. Hizo que fueran parte del debate público: “El gran mérito del Teletón es haber hecho visible el tema de la discapacidad. Ese es su gran aportación y lo logró porque tiene el respaldo de un medio poderoso, como es Televisa”.
Sin embargo, Jelinek insiste en el punto polémico, el mismo en el que han reparado los otros especialistas: “El manejo financiero sí ha resultado incómodo, porque no hay transparencia y no hay cuenta pública”. ¶
Revista Emeequis
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