Pese a las protestas y objeciones, incluso desde el Congreso de la
Unión, todo parece indicar que el proyecto Dragon Mart Cancún se
construirá. Este gigantesco complejo comercial, sin embargo, está
rodeado de opacidad: sus propósitos parecen inocuos, pero los
especialistas advierten que, más que un gran centro de promoción de
productos chinos, será un enclave para acaparar los recursos naturales,
aun a costa del equilibrio ecológico. Ni siquiera se sabe si la mayoría
del capital de la empresa será nacional o extranjero. Lo único cierto es
que un dragón pretende tragarse un trozo del sureste mexicano.
PUERTO MORELOS, QR.- A 19 kilómetros de la zona hotelera de Cancún,
en la carretera que une a este centro turístico con Tulum, un terreno
denominado El Tucán albergará al complejo Dragon Mart, que será el
segundo más grande del mundo después del de Dubái.
Desde el aire en el predio de 561 hectáreas sólo se observa un área
que ha sido talada y desbrozada en espera de que empiece la construcción
de ese coloso que ha generado una polémica nacional a raíz de la
oposición de las cámaras industriales, como la Concamin y la Canacintra,
de grupos defensores del medio ambiente y en general de los sectores
económicos que se sienten amenazados por la llegada del gigante
asiático.
La disputa por el proyecto Dragon Mart no sólo es por la venta y almacenamiento de productos chinos para América Latina.
Es un enfrentamiento entre empresarios cercanos a Enrique Peña Nieto
–como Francisco Funtanet, dirigente de la Canacintra– que se oponen al
proyecto y los promotores de éste, empresarios vinculados con Vicente
Fox y su familia y apoyados por los priistas Félix González Canto y
Roberto Borge Angulo, exgobernador y gobernador de Quintana Roo,
respectivamente.
Especialistas consultados por este semanario consideran que en el
fondo hay una pugna por la apropiación de los recursos naturales y las
materias primas en Quintana Roo, una entidad saqueada durante décadas,
en especial a partir de la expansión de polos turísticos como Cancún, la
Riviera Maya y Tulum. Las inversiones chinas se han caracterizado en
África, en las exrepúblicas soviéticas de Asia Central y en Sudamérica
por su interés en la explotación intensiva de materias primas.
“Detrás del Dragon Mart existe también un proyecto de extracción de
recursos naturales, como madera, material pétreo y quizá la producción
de soya transgénica en Quintana Roo”, opina Alejandra Serrano, abogada
del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
Quintana Roo es una de las siete entidades en las que la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó la siembra de
soya transgénica, producto que en Europa se considera nocivo, pues para
su cultivo se usan fertilizantes que dañan otras actividades, como la
apicultura.
El vocero y representante legal de la inmobiliaria Real Estate Dragon
Mart, Juan Carlos López Rodríguez, ha negado una y otra vez que el
proyecto amenace a los industriales mexicanos, considera “calumniosas y
absurdas” las acusaciones y afirma que 90% de los accionistas son
mexicanos, aunque en marzo de 2011 se habló de una inversión china de
más de 40%.
López Rodríguez fue señalado como uno de los operadores de Manuel
Bribiesca Sahagún cuando este hijo de Marta Sahagún tenía 45% de las
acciones de Logistic Free Trade Zone, empresa que se benefició de la
privatización de las aduanas mexicanas en el sexenio foxista.
López Rodríguez representó también al consorcio suizo Societé
Generale de Surveillance, que en 2005 obtuvo la concesión para operar el
Recinto Fiscalizado Estratégico de San Luis Potosí. Se le acusó de
irregularidades de entre ocho y 12 millones de dólares por la revisión
de productos extranjeros, principalmente chinos, más baratos que los
reportados oficialmente (Proceso 1475, 1470 y 1510).
El representante del proyecto amenazó a la ambientalista Alejandra
Serrano, a quien acusó en una carta dirigida al Cemda de haber diseñado
“una estrategia legal, política y de comunicación tendiente a difamar y
desprestigiar” a Dragon Mart.
En vísperas de que el Congreso de la Unión aprobara un punto de
acuerdo contra Dragon Mart, López Rodríguez volvió a ofrecer una
conferencia de prensa, el jueves 3. Acusó a los legisladores del PRD,
PAN y PRI que apoyaron el punto de acuerdo de servir “a intereses
económicos creados alrededor de una economía poco competitiva”.
El punto de acuerdo fue promovido por la diputada federal del PRD,
Graciela Saldaña Fraire, quien pidió la cancelación definitiva del
proyecto. La legisladora y ambientalista cancunense argumentó que “la
operación de este cluster implicaría prácticas de comercio desleal”, así
como “severas violaciones a la normatividad local y federal” en materia
de desarrollo ambiental y urbano.
En menos de una semana la propuesta se dictaminó en la Comisión
Permanente del Congreso. El jueves 3, con el respaldo de todos los
partidos se aprobó un punto de acuerdo para solicitarle a las instancias
federales, estatales y municipales información suficiente sobre los
alcances de este proyecto.
En la discusión el diputado Rodrigo González Barrios advirtió que se
prevé la excavación de 4.5 metros de profundidad en 58 hectáreas,
“equivalente a cuatro veces más que la Alameda Central del Distrito
Federal”, para extraer 2.6 millones de metros cúbicos de material
pétreo.
Incluso el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados,
el priista Francisco Arroyo Vieyra, haciendo eco de las críticas y
quejas de los productores de calzado de Guanajuato y de los empresarios
textileros, expresó su preocupación “por el ingreso de mercancías de
Oriente que tienen bajo precio”.
Máxima opacidad
Los legisladores y activistas consultados coincidieron en que no hay
información clara de un proyecto que desde su origen se ha caracterizado
por su opacidad, por la falta de rendición de cuentas y por las
versiones contradictorias de sus propios promotores respecto al
porcentaje real de la inversión china y a sus alcances e impactos
ambientales.
“Estamos en el limbo en materia de transparencia en Quintana Roo. Le
pedimos a la Secretaría de Medio Ambiente local que convocara a una
consulta pública antes de que aprobaran la Manifestación de Impacto
Ambiental (MIA) a favor de Dragon Mart. Nos la negaron argumentando que
no teníamos interés jurídico. Es la primera vez que nos niegan una
consulta”, afirma Serrano.
Ella y Saldaña Fraire coincidieron en que la MIA debió ser autorizada
por la Semarnat y no sólo por las autoridades locales, ya que estas
obras se realizarán frente a una zona federal –el mar Caribe– y
afectarán el manto freático de la región de Puerto Morelos.
El 28 de septiembre de 2012 el Instituto de Impacto y Riesgo
Ambiental de Quintana Roo (Iniraqroo) autorizó la “construcción y
operación del Centro Comercial Dragon Mart Cancún y obras asociadas” que
ya se presentó como un proyecto de “desarrollo comercial turístico” y
no como un proyecto de redistribución de mercancías de origen chino.
El proyecto aprobado incluye la edificación de 3 mil 40 locales
comerciales de 25 metros cuadrados, cada uno para que los visitantes
puedan “conocer y adquirir mercancías” en un área de 127 mil metros
cuadrados; 12 locales comerciales en torno a espejos de agua
artificiales para cafeterías, restaurantes y tiendas; 20 bodegas de 5
mil 403 metros cuadrados cada una y la construcción de 722 viviendas de
dos niveles de entre 100 y 150 metros cuadrados, para los trabajadores
de origen chino.
Un oficio del 19 de diciembre de 2012 dirigido a Saldaña Fraire y
firmado por el subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de
la Semarnat, Rafael Pacchiano Alamán, advierte que en esta dependencia
federal “no se tiene proyecto alguno” bajo el nombre de Dragon Mart
Cancún y “tampoco existe alguna solicitud que se hubiese presentado para
llevar a cabo cualquier obra y actividad relacionada con el proyecto”.
Accionistas mexicanos
La propiedad del predio y sus actividades originales tampoco están
claras. Conocida como El Tucán, esta extensión de más de 500 hectáreas
pertenecía desde 1979 a la yucateca Ana María Díaz de León Erosa y
estaba destinada a la engorda de pollos.
En 2000 comenzó la explotación de material pétreo, pero un acta
notarial del 21 de agosto de 2012 indica que “el banco de material ha
reducido significativamente su explotación y venta, motivo por el cual
actualmente se encuentra parado y en un aparente abandono”.
El apoderado legal de Díaz de León, Carlos Rafael Castillo Medrano,
firmó el 19 de junio de 2012, ante el notario público 89 de Mérida,
Yucatán, una promesa de compra-venta del predio por 28 millones de
dólares con Real Estate Dragon Mart, representado por López Rodríguez.
La cláusula sexta del documento afirma que “por voluntad expresa de
las partes la presente promesa de compra-venta no será inscrita por el
momento en el Registro Público de la Propiedad del estado de Quintana
Roo, reservándose sus derechos para hacerlo en el momento en que lo
consideren oportuno”.
Castillo Medrano es mencionado como uno de los “empresarios
yucatecos” con la mitad de las acciones de Dragon Mart. Posee 45% de
Real Estate Dragon Mart, la empresa inmobiliaria, y el otro 45% de
capital mexicano es de una sociedad de inversionistas de Nuevo León
conocida como Grupo Monterrey, al que pertenecen Luis Felipe Salas
Benavides, exdirectivo de Farmacias Benavides; José Luis Salas Cacho,
vinculado con Vicente Fox y con Transportación Marítima Mexicana (TMM), y
Miguel Pedraza Villarreal.
Salas fue representante de TMM en la operación del Centro Logístico
de Jalisco, un proyecto impulsado por el gobernador panista Emilio
González Márquez. Salas impulsó el “puerto seco jalisciense” que iba a
operar Logistik, división del grupo regiomontano TMM.
Sus vínculos con Fox son claros. En 2000 fue nombrado asesor de la
Dirección General de Petróleos Mexicanos. Entre ese año y 2007 TMM
obtuvo contratos por más de 219 millones de dólares.
“Sólo el 10% restante de la inversión es de capital chino”, insistió
López Rodríguez al hablar de Dragon Mart. Sin embargo, en otras
declaraciones dijo lo contrario y los observadores señalan que no es
lógico que Chinamex (la sociedad de capitalistas chinos del proyecto)
con sólo 10% de capital controle todo el proyecto y reciba los
beneficios fiscales.
En la conferencia de prensa de junio de 2012 López Rodríguez informó
que la inversión sería de 2 mil millones de dólares, que Real Estate
Dragon Mart está conformado en 60% por empresarios mexicanos y 40% por
los asociados chinos que crearon Chinamex. La naviera china Ocean
Shipping Company (Cosco) se encargaría de la operación logística.
Privilegios fiscales
El convenio original firmado entre el entonces gobernador González
Canto y el representante de Chinamex, el empresario Hao Feng, firmado el
22 de marzo de 2011, así como información del portal en internet del
consorcio asiático, revelan que el proyecto de Dragon Mart se planeó con
una serie de privilegios fiscales para los inversionistas extranjeros,
que prometieron inyectar más de 200 millones de dólares a partir de
2013.
En ese convenio original, cuya copia obtuvo Proceso, se acuerda que
en 561 hectáreas se construirá un centro comercial para productos de
origen chino, bodegas, centro de exhibición y 722 viviendas, con el
objetivo de que “dichas mercancías puedan ofertarse en México, Caribe,
Centro y Sudamérica, garantizando empleo, inversión y derrama económica
significativa que permitirá el desarrollo de una nueva actividad
económica en el estado, creando sinergia con la actividad turística”.
A los inversionistas chinos se les prometían exenciones fiscales,
apoyos económicos y gestiones ante autoridades municipales y federales
que no se les han ofrecido a otros grupos empresariales. Por ejemplo, en
apoyos directos González Canto se comprometió a:
“Un subsidio equivalente hasta 100% en la causación del Impuesto
Sobre Traslación de Dominio que provenga directamente de la enajenación
del predio en donde se asiente el proyecto…
“Exención en el pago de los derechos ante el Registro Público de la
Propiedad que se generen por la inscripción del predio donde se asiente
el proyecto…
“Otorgamiento de un subsidio temporal de hasta 100% en las
contribuciones con motivo del Impuesto sobre Nóminas por un tiempo de
hasta tres años contados a partir de 2013, mismos que no tendrán
prórroga alguna…
“Destinar un presupuesto de hasta 1 millón de dólares de la Oficina
de Visitantes y Convenciones para la promoción de Quintana Roo en el
extranjero…
“Gestionar ante la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado un
descuento de hasta 50% en los derechos de conexión a la red conforme a
las necesidades del proyecto…”
Ante las autoridades del municipio de Benito Juárez se gestionará un
“subsidio especial” de hasta 50% en el impuesto predial, 50% de
descuento en el pago de la licencia de construcción, elaborar y aprobar
un nuevo Plan Parcial de Desarrollo para la zona.
Ante las autoridades federales el gobierno de González Canto se
comprometió a solicitar la relocalización de las torres de energía
eléctrica de la CFE, el trámite ante la Semarnat para el cambio de uso
de suelo en materia forestal, gestión ante la Secretaría del Trabajo
para otorgar hasta 4 mil becas de “trabajo temporal” con un apoyo de
hasta dos salarios mínimos y por espacio de 60 días, construir con la
Conagua una planta de tratamiento de aguas residuales por 420 mil
dólares y destinar 6 millones de pesos para la construcción de
vialidades hacia el Dragon Mart.
En declaraciones recientes el exgobernador y actual senador González
Canto aclaró que con el Dragon Mart “no se trata de fayuquear”, sino de
que “vengan los grandes inversionistas de países de todo el Continente
Americano a hacer en Cancún los negocios que antes tendrían que hacer
hasta China”, y minimizó su papel como impulsor de este proyecto.
“En su momento el gobierno participó como facilitador, como lo hace
con cualquier inversión que llega a Quintana Roo”, declaró a una
estación radiofónica local el 26 de diciembre pasado.
Su sucesor, Roberto Borge, no ha vuelto a expresar su apoyo al Dragon
Mart pese a que entre el 13 y el 15 de junio de 2012 presumió la visita
de una delegación de 12 representantes del China Development Bank (CDB)
y de 70 empresarios chinos que visitaron Cancún.
La delegación del CDB “apreció la cercana relación de cooperación que
se ha construido entre Chinamex y el gobernador del estado de Quintana
Roo”, según informó el portal internacional del consorcio dirigido por
Hao Feng (www.chinamex.cn).
El brazo imperial
El Dragon Mart de Cancún estaría inspirado en el complejo similar
construido en Dubái en 2004 y que alberga 4 mil locales comerciales
administrados por chinos.
El proyecto original de Cancún planea el ingreso de hasta 140
contenedores de mercancías, a través de la naviera Cosco, identificada
en todo el mundo como uno de los grandes brazos imperiales de la
potencia asiática.
Ni en Dubái ni en Cancún se trata sólo de comerciar con los productos
chinos, sino de crear una “cabeza de puente” para la expansión de las
empresas y la obtención de recursos naturales de una región como
Centroamérica, según plantean los españoles Juan Pablo Cardenal y
Heriberto Araujo, reporteros que han cubierto durante años la expansión
del gigante asiático.
En su libro La silenciosa conquista china (2012) Cardenal y Araujo
plantean que el Dragon Mart de Dubái le permite a China comerciar hasta 6
mil millones de dólares con Irán, a través de los emiratos, dándole la
vuelta a las sanciones comerciales contra el régimen de los ayatolas.
En ambos casos, en Dubái y en Irán, a China le interesa el petróleo y
desplazó desde 2007 a Rusia como principal proveedor de armas a
Teherán.
“El ideólogo de este experimento llamado Dragon Mart, que otros
países como México se afanan por reproducir, es Abadallá Lootah”,
escriben. “Este dubaití (…) es quien en 2004 puso en marcha el centro de
distribución que conecta a los compradores de Oriente Medio y el este
de África con los productos chinos”, agregan.
Fuente Factornoticia
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