jueves, 9 de mayo de 2013

Monopolios en producción y distribución encarecen los comestibles: experto

Juan Carlos Miranda
 
El incremento de los precios de los alimentos en México obedece a múltiples factores, entre los que se encuentran la existencia de monopolios y oligopolios en las cadenas de producción y distribución; la carencia de infraestructura para garantizar el riego de cultivos en caso de sequía o de protegerlos cuando hay inundaciones; así como un incremento constante en el costo de insumos como la gasolina y el gas, coincidieron especialistas.
Pese a que las alzas en el precio de la gasolina se han dado de manera escalonada desde 2009, el incremento acumulado de alrededor de 50 por ciento en su costo (hace cuatro años el litro de combustible rondaba los 8 pesos y ahora subió a 12) ha llegado a un punto en el que las alzas son tan marcadas que los comercializadores finales ya no pueden absorberlas, sostuvo Fernando Flores, asesor de la Federación Latinoamericana de Mercados de Abastecimiento.
Ejemplificó el caso de los locales de comida corrida, que tratan de absorber los aumentos estacionales en los alimentos, porque saben que regresarán a niveles más bajos cuando determinados productos vuelvan a estar de temporada y esto les permite mantener a sus clientes. Pero explicó que si las alzas son sostenidas, los comercializadores se ven en la necesidad de trasladar el costo a los consumidores y lo hacen en cifras cerradas.

Nunca vas a ver un local de comida corrida que si vendía la comida a 35 pesos luego la suba, por ejemplo, a 36 pesos con 40 centavos. La suben a 40 pesos o 45, pero siempre a una cifra cerrada, que repercute de golpe en el bolsillo de los consumidores.
Dependencia alimentaria
El director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (Cien) del Tecnológico de Monterrey, José Luis de la Cruz, sostuvo que el problema del aumento en los precios de alimentos también tiene que ver con que en México no existe infraestructura de riego adecuada que permita garantizar la dotación de agua en todo el país o que se eviten inundaciones en las zonas donde ocurran.
Sostuvo que la falta de producción nacional genera una dependencia alimentaria que deja al país expuesto a los vaivenes de los precios internacionales de los alimentos, mercado en el que la especulación financiera ha propiciado un incremento inflacionario, particularmente desde 2007.
Adelantó que la dependencia con el exterior es tan grande, que al menos este año y el que sigue no existirán cambios sustantivos.
Agregó que la existencia de monopolios y oligopolios en el sector alimentario, tanto en producción como en la distribución, también encarece los precios.
El que existan acaparadores, o que pocas empresas dominen la distribución de alimentos y la producción hacen que el precio de los mismos no se regule con las leyes del mercado, sino que en realidad estas empresas ejerzan un poder monopólico, criticó.
 
 
Fuente La Jornada

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