domingo, 18 de agosto de 2013
“El petróleo es nuestro”… en la publicidad persuasiva
Arturo Rodríguez García
Profesionales de la comunicación consultados por Proceso desmontan el mecanismo de la propaganda oficial sobre la reforma energética y advierten que no está dirigido a convencer con argumentos o a estimular la discusión; es, afirman, un intento de rebasar a la oposición por la izquierda, quitándole fuerza a sus protestas. Para ellos, las citas de Lázaro Cárdenas le ofrecen un asidero al sector del PRD que puede apoyar al presidente en el marco del Pacto por México y las imágenes idílicas satisfacen a un sector de la población…
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El promocional inicia con la toma aérea de una estructura petrolera. Un locutor en off dice “el petróleo es nuestro” y un niño muestra sus manos manchadas de negro; cuando la voz afirma “el sol es nuestro”, otro niño feliz voltea al cielo, y cuando dice “el viento es nuestro”, otro pequeño corre. Después, juegan entre celdas solares y en campos de energía eólica, mientras la voz dice que por eso “decimos no a la privatización y sí a la reforma energética”. Todos felices.
Así promueve el gobierno federal la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto para reformar los artículos 27 y 28 constitucionales.
Los mensajes, que se han apoderado de los medios electrónicos, así como de planas enteras pagadas en la mayoría de los diarios de circulación nacional, son congruentes con la iniciativa al menos en un aspecto: no explican los alcances del proyecto presidencial, la magnitud de la reforma, su impacto fiscal ni el significado de las palabras que en el debate público ya se están interpretando como eufemismos. Para el gobierno sólo se necesita una declaración, un eslogan: “No a la privatización y sí a la reforma energética”.
Desde el lunes 12, cuando presentó su iniciativa, Peña Nieto refuerza la campaña publicitaria al insistir en que actúa conforme al artículo 27 constitucional que propuso en 1938 el presidente Lázaro Cárdenas; también afirma que los beneficios se reflejarán en la economía familiar y que “Pemex y la CFE no se venden”.
Según los expertos en mercadotecnia política consultados por Proceso, el propósito es claro: usar la publicidad persuasiva, no informativa, para ganar el apoyo de la opinión pública y anticiparse a los argumentos nacionalistas, históricos y sociales de la izquierda, a fin de que ésta reme a contracorriente en el debate público.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1920, ya en circulación)
Fuente Proceso
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