martes, 27 de noviembre de 2012

Empresas tecnológicas como fuerza del cambio en México.



Nastaran Tavakoli-Far
BBC

Cuando Jorge Tellez dejó Monterrey, la ciudad era todavía un buen lugar para vivir. Tras seis años en Estados Unidos regresó a México en 2010, y para entonces la violencia relacionada con el narco había traído ya cambios dramáticos.
Aun así, Tellez decidió que volver era su obligación. Como experto en desarrollo internacional, fue testigo de cómo la creciente volatilidad del país provocó una fuga de cerebros y se decidió a ayudar a revertirla.
"Si tenemos que convertirnos en líderes, ¿qué clase de ejemplo estamos dando si nos vamos y dejamos que los demás se encarguen de solucionar los problemas del país?", pregunta.
Y su manera de sentar ejemplo fue fundar Menthora, una comunidad en red que ofrece un foro con preguntas y respuestas para usuarios de tecnología.
Tellez es solo uno entre el creciente número de jóvenes mexicanos que usan start-ups o nuevas compañías tecnológicas en un esfuerzo por crear cambio social positivo dentro del país.
Este es el tipo de ejemplo que México necesita con urgencia, justo en un momento en el que la sociedad debe hacer frente a una ola de asesinatos relacionados con el crimen organizado.

Creando Oportunidades

 Desde que el expresidente Felipe Calderón lanzase su campaña en contra del narco en 2006 ha habido 50.000 asesinatos relacionados con el tráfico de drogas. Y la tendencia sigue en aumento.
Las cifras recogidas por la consultora Lantia sugieren un incremento del 10% en homicidios relacionados con el crimen organizado en los seis primeros meses de 2012, comparados con la última mitad de 2011.
Pero la economía va viento en popa. En 2011 el ritmo de crecimiento del país, un 4%, superó al de Brasil, un 2,7%. Y los pronósticos sugieren que México experimentará el mayor crecimiento en la región durante este año.
El desempleo no ha dejado de bajar a medida que el país se recupera de la recesión que vivió en 2009. En septiembre se situó en el 4,7%, su nivel más bajo en casi cuatro años.
Y Tellez cree que sería aun más bajo si más gente se contagiase del espíritu start-up. "Intento ayudar a la gente a que cree su propio negocio, así pueden crear sus propios puestos de trabajo", afirma.
Añade que en México normalmente es necesario conocer a la gente adecuada si se quiere empezar una aventura empresarial, pero él quiere que el saber requerido para comenzar un negocio esté disponible para cualquiera.
Además, opina que el movimiento de start ups es un mejor vehículo para el cambio que el sistema político del país. Tellez trabajó para el equipo de la campaña presidencial de Felipe Calderón en 2006 y la experiencia le provocó un gran escepticismo. Fue un proceso lento y lleno de "puñaladas por la espalda".
Por otro lado, "es posible fortalecer a la gente a través de la tecnología", afirma, y "se puede tener un impacto expandible".

Amigos flexibles

Actualmente el país está demostrando un gran interés en la cultura de las nuevas empresas tecnológicas. Tan solo en lo que va de año se han celebrado 17 eventos que aglutinan empresas tecnológicas, y hay 13 más planeados para noviembre y diciembre.
En 2011 hubo solo siete reuniones de este tipo y tan solo una el año anterior, cuando el fenómeno llegó al país.
Al mismo tiempo una serie de entidades de capital riesgo parecen haber desembarcado para quedarse, entre ellos Mexican VC, Alta Ventures y Angel Ventures Mexico.
César Salazar, un emprendedor mexicano, fundó México VC en abril de 2011 con la idea de financiar y orientar empresas mexicanas tras tener una frustrante experiencia buscando financiación para sus propios proyectos.
Su empresa ofrece US$25.000 en efectivo y US$30.000 en servicios. Ha invertido en 16 compañías en los últimos 18 meses tras recibir 300 aplicaciones, y fue recientemente adquirida por la empresa californiana 500 Start-ups.
Salazar ve un notable interés en resolver problemas reales, y aquí es donde Mexican VC quiere poner su dinero.
Entre las empresas que financia está Rubberlt, un discreto servicio de entrega de preservativos. Salazar asegura que se quiso involucrar porque la contracepción es todavía un tema tabú en el país, y además considera muy importante hablar sobre sexo seguro, habiendo perdido a muchos amigos a causa del SIDA.
"Los emprendedores creen en los mecanismos del mercado para resolver problemas", afirma.
Celeste North es otra emprendedora con muchas ganas. Cofundó NuFlick, una plataforma en internet para películas y arte independiente, muchas de los cuales exploran cuestiones sociales. Dado que la distribución puede ser complicada y costosa, su proyecto provee a los autores con una plataforma muy necesaria para contactarlos con su posible audiencia.
"En general, las películas independientes hablan sobre cuestiones que las de los grandes estudios no tratan", dice.
Bajo su punto de vista, la corrupción y los intereses creados impiden al gobierno actuar de forma efectiva para promover el cambio social, y aquí hay lugar para que entren las start-ups.
"Son flexibles, y más rápidas haciendo nuevas propuestas", añade.

Beneficios sociales

HJ Barraza también ve con buenos ojos otras maneras de ayudar a la sociedad. Barraza forma parte de Humana, un think tank de innovadores sociales.
Él y sus colaboradores trabajan para lanzar start up dedicadas a promover el desarrollo comunitario y a promover el voluntariado.
"Cuando se habla de bien social la gente piensa automáticamente en filantropía y donaciones, lo cual es algo muy mexicano", afirma Barraza, que también opina que las start-ups pueden tener éxito allí donde las empresas de caridad no lo tuvieron.
"Al depender de donaciones dedican gran parte de sus recursos a conseguir dinero en vez de a resolver problemas reales", afirma.
Y es que una actividad de emprendimiento por sí sola puede tener beneficios sociales.
El entusiasta de las start-ups estadounidense Jonathan Nelson cree que estas pueden favorecer el comportamiento positivo. "La de emprendimiento es una economía basada en la reputación, por lo que siempre se está obligado a ayudar a los demás".
Nelson fundó Hackers and Founders en 2007 para proveer de comunidades en red a empresas tecnológicas. Ahora tiene presencia en 8 países, incluido México.
Habiendo crecido en Honduras y Costa Rica, sabe cuáles son las necesidades de la región.
"La única forma en la que México cambiará es cuando los negocios den más beneficios que las drogas", afirma. "Solo el petróleo, las finanzas y las start-ups tienen márgenes de ganancias similares."

Fuente BBC Mundo

 



 




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