Noé Zavaleta
XALAPA, Ver. (proceso.com.mx).- Treinta pasajeros de un autobús de la
línea ADO GL, que cubría la ruta Cancún-Veracruz, fueron asaltados por
un comando armado, la madrugada del pasado miércoles en la carretera de
Champotón, en Campeche.
Los afectados acusan a la empresa
Autobuses de Oriente de desentenderse del robo, la reparación del daño e
incluso aseguran que ha hostigado a los viajeros para que se desistan
de exigir justicia.
Incluso, el encargado jurídico de ADO en
Veracruz, Daniel García, sabiendo el atraco que sufrieron los clientes,
les ofreció un descuento de 50% a quienes necesitaran trasladarse a otra
ciudad o estado.
El asalto con violencia ocurrió la madrugada del
10 de abril. El hecho quedó asentado en la Agencia del Ministerio
Público en Champotón con el folio CH-216/Champ/2013 y un día después en
el Puerto de Veracruz, en la Agencia Segunda del Ministerio Público
Especializada en Conciliación con la constancia de hechos 536/2013, que
demanda que la empresa responda por los agravios a los pasajeros de la
ruta Cancún-Mérida-Champotón, con destino final en la ciudad de
Veracruz.
Patricia, una de las viajeras agraviadas que encabeza la
inconformidad contra ADO, relata que durante el asalto el autobús 8126
con placas 963-HY-6 permaneció retenido en un paraje solitario por más
de 60 minutos.
Aseguró que la empresa fue incapaz de localizar la
unidad o detectar una irregularidad en la ruta de viaje, pese a que
presume contar con localizadores GPS y radares de última tecnología.
“Yo
no sabía lo que estaba pasando, venía dormida, cuando uno de los
pasajeros, todo tembloroso, con puñados de billetes en las manos, me
dice que entregara mi dinero, que nos estaban asaltando”.
Agrega:
“Alguien
en la parte delantera gritó: ‘¡entreguen sus alhajas, celulares, dinero
y dejen ahí sus bolsas en los asientos, bajen del autobús!’. Una señora
que venía junto a mí, de avanzada edad, preguntó por qué lo hacían. Uno
de los asaltantes contestó que lo tenían que hacer, que era culpa del
gobierno, por la pobreza y porque no había trabajo”.
Durante el
robo, según testimonios, las mujeres fueron obligadas a bajar y
manoseadas por dos delincuentes; a algunas les tocaron los genitales.
Después
del atraco, un chofer aseguró que uno de los asaltantes se paró frente
al autobús, en una zona de topes vibradores, para obligarlo a abrir la
puerta a punta de pistola.
Las irregularidades del viaje, agrega
Patricia, ocurrieron desde el principio, pues ella y otros pasajeros
pagaron un servicio ejecutivo de ADO Platina a un precio de mil 206
pesos; sin embargo, la ruta Mérida-Veracruz en la que ella y otros
viajeros abordarían un autobús de lujo, fue cancelada y sin explicación
alguna los empleados le ofrecieron el ADO GL como única opción.
Ya
en la Agencia del Ministerio Público de Champotón, los tripulantes del
camión ADO GL solicitaron la intervención de la Policía Federal para que
los escoltaran hasta salir del estado, pero los oficiales policiacos y
los de la Procuraduría de Justicia de Campeche se rieron de ellos,
añade.
Las víctimas del robo con violencia acudieron el 11 de
abril a la Central de Autobuses de Veracruz (CAVE) con el fin de
solicitar ayuda a ADO, que sólo les ofreció garantizar el boleto de
retorno a sus respectivas ciudades, con un descuento del 50%.
“Ahí,
el jurídico Daniel García se negó a ofrecernos una copia de la póliza
de seguro del viajero, la cual tengo entendido nos ampara contra posible
robo. Ante nuestra insistencia y la ausencia del gerente, empleados de
Seguridad CESSPA, compañía que trabaja para ADO, me sometieron y me
encerraron hasta que la Marina llegó y puso orden para que los de
seguridad me soltaran”.
Patricia muestra las huellas de moretones y
arañazos en su brazo ocasionados por los empleados de CESSPA con el fin
de intentar calmarla y que desistiera de exigir la reparación del daño o
el apoyo de ADO para pedir a las autoridades una investigación.
“Es
una muestra de desidia de la empresa, pese a que su eslogan es: ‘viaja
seguro con nosotros’. Hay una irresponsabilidad frente a un hecho de
violencia que sufrimos los pasajeros y una respuesta igual de violenta”,
señala Patricia.
Indica que hace unos días le hablaron de
Champotón, Campeche para comunicarle que habían aparecido algunas
pertenencias robadas, entre ellas una maleta con dos tabletas (iPad) y
teléfonos celulares y junto a ellos, el cuerpo sin vida de uno de los
asaltantes.
Aunque de las joyas, dinero en efectivo, tarjetas de
crédito y otros objetos robados, las autoridades no supieron dar razón,
tampoco del paradero del resto de los delincuentes.
Fuente Proceso
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