sábado, 6 de abril de 2013
Los tres mundos de San Andrés Calpan
Armando Gutiérrez Rodríguez
SAN ANDRÉS CALPAN, Pue. (proceso.com.mx).- Aunque el nombre de este municipio proviene del náhuatl calli y pan que significa “lugar donde hay muchas casas”, San Andrés Calpan es mucho más que sólo viviendas: es una comunidad con un extenso bagaje cultural, arquitectónico, histórico y religioso el cual es menester descubrir.
Situadas al occidente del estado de Puebla, estas tierras que deben su fertilidad a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, fueron habitadas por Nahuas, un sobresaliente pueblo guerrero que ni siquiera el Imperio Azteca logró doblegar, ya que no le pagaba tributos.
Los habitantes de Calpan presumen las bellezas de su municipio e invitan al turista a perderse entre sus empedradas calles de perfecto trazado, lo cual durante la Colonia servía para mantener el control sobre la población, pues era posible avistar claramente a una persona a varios metros de distancia.
Destaca también la arquitectura basada en el uso del tapial, presente en casas, bardas y hasta en templos. La técnica consistía en construir muros con tierra compactada dentro de un molde de madera, que en ocasiones se combinaba con adobes. Desafortunadamente las construcciones de este tipo, únicas en el país, han sido sustituidas por el concreto y el block.
Curiosamente algunas de las grandes viviendas que aún quedan en pie carecen de ventanas, ya que en el pasado esas casas contaban con un gran patio central que era el punto toral de la vida familiar.
Entrando en materia San Andrés Calpan tiene, sobre todo, tres mundos un tanto divergentes entre sí: un monasterio franciscano del siglo XVI, una imponente barranca con manantiales e incontables huertas frutales que además de adornar el entorno son claves para la economía local.
Monasterio franciscano. Considerado una joya arquitectónica del virreinato, este conjunto religioso –cuya construcción concluyó en 1548– se menciona incluso en textos históricos porque posee cuatro capillas posas de invaluable belleza y valor artístico.
La portada del templo es de estilo plateresco; los relieves de las capillas, tallados en piedra, muestran diversas escenas teológicas como La Anunciación y el Juicio Final.
El monasterio franciscano, donde aún hay religiosos de esa orden, forma parte desde 1994 del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Recientemente fue objeto de una minuciosa restauración que incluyó el altar y las pinturas, lo que le devolvió gran parte de su esplendor. El arquitecto mexiquense Lázaro Frutis fue el encargado del proyecto.
La barranca de Actiopan. Para sorpresa del visitante, San Andrés Calpan fue fundado junto a una profunda barranca. Uno de los principales accesos a esa enorme área de vasta vegetación se ubica detrás del panteón municipal, razón por la que no se aprecia a simple vista.
En el fondo de la barranca corren transparentes manantiales que invitan a abstraerse del trajín diario. Este sitio es uno de los lugares preferidos de los calpenses para disfrutar de un día en familia.
También en el fondo se encuentran las ruinas de lo que fue una refresquera y fábrica de aguardiente que cerró hace ya algunas décadas.
Las huertas. Al entrar al poblado y dentro de él, llama la atención la gran cantidad de predios que albergan extensas huertas de duraznos, manzanas, tejocotes y peras, materia prima para elaborar la sidra, producto de gran tradición en esta región y reconocido internacionalmente.
Las fábricas de sidra se sitúan principalmente en Huejotzingo, a unos 15 minutos de Calpan, por lo que bien vale la pena comprar una botella –hay para todos los presupuestos– en un local establecido y degustar su exquisito sabor.
Fiestas y gastronomía. Destacan la Feria de San Andrés Apóstol, el 30 de noviembre; la Feria de San Antonio de Padua, el 13 de junio; la Feria del Chile en Nogada, en agosto. Asimismo, las celebraciones de Semana Santa y Día de Muertos, cuando se realizan ritos especiales con el toque y creatividad propias de los calpenses.
En cuanto a comida, ofrece mole poblano, mixiotes, birria, barbacoa, conservas y dulces de diversas frutas, entre otros platillos.
Cómo llegar
Desde la Ciudad de México, la salida de autobuses es en la terminal Tapo donde la línea Flecha Roja ofrece corridas a Huejotzingo, Puebla. Una vez ahí, se toma otro camión que traslada a San Andrés Calpan.
Fuente Proceso
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