Arturo Jiménez y Emir Olivares
Una semana después de que la rectoría de la UNAM fue tomada
por un grupo de jóvenes embozados, ayer continuaron los debates entre
diversos grupos estudiantiles de varios planteles en la explanada de
rectoría.
Ahora se perfilan de manera más clara dos puntos: el rechazo casi general a la ocupación del edificio, por haber sido una decisión no consensuadaentre la comunidad universitaria, y la oposición, también casi general, a una posible entrada de las fuerzas de seguridad pública para desalojarlo.
Y aunque hasta el cierre de esta edición los inconformes no habían hecho el pronunciamiento formal que anunciaron para las 8 de la noche, en un documento repartido entre los estudiantes –no lo entregaron a los medios– plantearon: “La respuesta que nos han dado las autoridades universitarias al diálogo que exigimos ha sido la posible entrada de la fuerza pública a suelo universitario. Se han negado rotundamente a entablar un diálogo de carácter resolutivo, en el cual ambas partes: autoridades y comunidad estudiantil, puedan exponer sus demandas y exigencias.
El diálogo es la única alternativa que existe para la resolución de los conflictos en que estamos inmersos. Seguimos haciendo un llamado al rector de esta universidad a que abra los canales de comunicación, a que se ponga fin a las denuncias penales, ya que no son justificables en ningún sentido.
Por otro lado, en sesión extraordinaria, la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario demandó,
al grupo violento que ocupa ilegalmente la torre de rectoría, la entrega inmediata de las instalaciones, y externó su rechazo a
cualquier expresión de violencia como medio para dirimir diferencias.
Ese órgano, en el que están representados consejeros alumnos, profesores, investigadores y trabajadores, así como directores de facultades, centros e institutos, y de otras instancias universitarias, también se sumó a las manifestaciones de respaldo al rector José Narro Robles en la solución del conflicto.
En el mismo sentido se expresaron más de 18 mil 300 alumnos pertenecientes a 160 escuelas del Sistema Incorporado de la UNAM, con presencia en 22 estados del país, quienes exigieron la devolución
inmediata y sin condicionesde la rectoría.
De igual modo lo demandaron 75 agrupaciones de profesionales, académicos y científicos, así como organismos privados y civiles, que externaron su solidaridad con la UNAM y condenaron
cualquier forma de violencia en la universidad, en particular la que ejerció el grupo de personas referido, el pasado 19 de abril.
Sin contratiempos resultó la marcha de unos 200 estudiantes que partió de la explanada de rectoría –tomada
desde el viernes pasado por jóvenes embozados– y que más tarde regresó
al mismo lugar tras recorrer el circuito universitario y hacer dos
paradas en las facultades de Derecho y Arquitectura, donde leyeron
información sobre el conflicto.
Más tarde, unos 100 alumnos del CCH Sur que llegaron por su cuenta y
que también se concentraron en la explanada –como lo han hecho otros
grupos e individuos desde hace varios días para debatir sobre la
ocupación–, manifestaron en un comunicado su rechazo a la posibilidad de
que entre la Policía Federal para desalojar a los inconformes.Los estudiantes del CCH Sur, quienes afirmaron que sus planteamientos surgieron de una asamblea realizada este jueves, señalaron: “reprobamos que la toma de rectoría no haya sido consensuada con la comunidad, aunque exigimos al rector José Narro que entable el diálogo como único medio para resolver los conflictos.”
Repudiamos la polarización y confrontación de la comunidad universitaria producida por la manipulación y el sesgo de la información por los medios de comunicación, así como la cerrazón de las autoridades, principalmente de Narro, a dialogar con los universitarios acerca de los conflictos que se han venido arrastrando, sobre todo en los CCH.
Un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales leyó un pronunciamiento de ese centro de estudios, en el que manifiestan su desacuerdo con la toma no consensuada de rectoría y a la vez rechazan el posible ingreso de la Policía Federal a la UNAM.
Exhortamos a las partes a que no deleguen su responsabilidad a instancias ajenas a la universidad y que se busque su solución mediante una mesa pública de diálogo.
Poco después de las 8 de la noche un grupo de alrededor de 50 estudiantes se trasladó a la direccion general del CCH ante el rumor de que ahí se encontraba Narro.
¡Diálogo!, gritaban sobre la lateral de Insurgentes. En un momento dado, unos 10 de ellos cerraron el paso a los vehículos por unos minutos, ante el desacuerdo de la mayoría de los manifestantes.
Esas actitudes unilaterales son las que no nos parecen, dijo uno de los jóvenes.
Fuente La Jornada
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