jueves, 12 de septiembre de 2013
Más sobre la corrupción en la UAM
Ernesto Villanueva
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Los problemas de corrupción en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no se reducen a excepciones. La visibilidad que en este espacio se le dio al asunto del Dr. Luciano Segurajáuregui motivó que distintos profesores y alumnos se acercaran a mí para plantearme sus problemas con esta institución educativa.
En esta oportunidad analizaré dos de estos casos que, como los demás que tengo debidamente documentados, son de claro interés público y por mi convicción de que sólo bajo la luz se reducirá la corrupción que la oscuridad hace que se convierta en una práctica recurrente. Veamos.
Primero. La Dra. Ma. Guadalupe Huerta Moreno es profesora Titular C de tiempo completo del Departamento de Administración de la UAM unidad Azcapotzalco. Sus problemas iniciaron cuando decidió anteponer los criterios académicos sobre las razones políticas; es decir, ajustarse a la norma jurídica le costó a la Dra. Huerta la penalización de su quehacer académico y ha hecho de su vida profesional un infierno como un mensaje de que la ley sólo es para mantenerla en las bibliotecas, pero jamás para aplicarla. El error capital de Huerta Moreno fue invocar razones académicas y jurídicas para evitar que al Dr. Carlos Juan Núñez Rodríguez se le abriera una plaza como profesor de tiempo completo, en virtud de que, arguyó, a) Es un filósofo no familiarizado con las líneas de investigación del colectivo Estado, Gobierno y Políticas Públicas del que ella formaba parte y donde se aspiraba ubicar al Dr. Núñez Rodríguez y b) Se trata del hijo de un integrante del propio colectivo, el Dr. Héctor Rogelio Núñez Estrada, en un claro caso de nepotismo y conflicto de interés, que en cualquier institución hubieran al menos guardado las formas, pero en la UAM no pasa nada; antes bien, sucede lo contrario. A partir de hacer explícita internamente su postura Huerta Moreno fue reconvenida por los demás para que se retractara de sus dichos. Cabe decir que los demás miembros fueron alumnos del Dr. Núñez Estrada, incluyendo su propio hijo, Juan Carlos. El concurso siguió su curso, Núñez Rodríguez reprobó el examen el cual se declaró desierto, pero se mantuvo como profesor de tiempo completo. Dicen bien que en política el único pecado que no se perdona es la falta de complicidad y bajo esa tesitura la Dra. Huerta fue una pecadora, razón por la cual fue marginada y se le han retirado los apoyos institucionales que conforme a la legislación universitaria tiene derecho. Incluso se le negó la beca de apoyo al desempeño académico en cuya comisión se integraba otro miembro del grupo del Dr. Núñez Estrada, el Dr. Gilberto Calderón Ortiz, bajo el argumento de que había “desaparecido” su expediente, dejando a la Dra. Huerta sin la beca respectiva que en las instituciones representa una parte significativa de los ingresos de los académicos. La corrupción pervive en la UAM de la cúspide a la base bajo la consideración de que violar la ley no tiene consecuencias negativas. A pesar de los recursos que ha interpuesto la Dra. Huerta Moreno vive un calvario por actuar con ética y apegada a derecho.
Segundo. Los alumnos son también objeto de vejaciones y de violación a sus derechos. Es el caso, por ejemplo, de David Ángel Alonso Magdaleno, alumno del posgrado en ciencias económicas quien por reprobar unas materias que cubrió en el siguiente trimestre le fue impedido su derecho a continuar sus estudios de maestría por el coordinador Fernando Antonio Noriega Ureña, quien se ostenta como maestro, pero carece de cédula profesional de licenciatura, de acuerdo al Registro Público de Profesiones (http://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/indexAvanzada.action), como además dio fe la Lic. Martha Salustia Casillas Martínez titular de la Notaría Pública No. 1 de Dolores Hidalgo, Guanajuato quien certificó lo que aquí se afirma. El problema en este caso es que el señor Noriega no sólo invoca disposiciones legales inexistentes para negarle a David Ángel lo que a su derecho corresponde, sino que además lo hace por ¡Facebook! violentando los principios básicos de legalidad previstos en los artículos 14 y 16 constitucionales. Al solicitar David Ángel que el señor Noriega fundara y motivara su negativa a la reinscripción de David Ángel la única respuesta ha sido el silencio. Dejar sin el derecho a la superación académica de David Ángel por una decisión arbitraria del señor Noriega porque se trata de una persona de a pie pone de relieve lo importante que es dar voz a quienes no la tienen para que estos hechos no se reproduzcan sin pagar ningún costo. Es también lamentable el estado de indefensión en que se encuentran quienes se atreven a exigir sus derechos. En la UAM se vive hoy el mundo al revés que afecta la vida de personas claramente determinadas como la Dra. Huerta Moreno y David Ángel Alonso, pero que como sociedad nos agravia a todos porque si dejamos pasar estos hechos el Estado de derecho no será sino sólo un propósito aspiracional.
Fuente Proceso
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