lunes, 1 de julio de 2013
Liberan a los diez agentes municipales retenidos en Tixtla
Ezequiel Flores Contreras
CHILPANCINGO. Gro., (proceso.com.mx)-. Los diez agentes municipales de Tixtla retenidos por el grupo de autodefensa fueron liberados anoche luego de que el alcalde perredista Gustavo Alcaraz Abarca se comprometió a gestionar recursos económicos para la operatividad de la policía comunitaria y hacer un llamado público al grupo delincuencial que privó de su libertad al hijo de un activista y su novia para que les respeten la vida.
No obstante, los integrantes de la organización denominada Policía Comunitaria, adherida a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (PC-CRAC), decidieron quedarse con el armamento de los policías municipales -cinco fusiles automáticos AR-15 y AR-90 calibre .223, así como una pistola calibre .9 milímetros- y dos patrullas oficiales para realizar operativos de búsqueda de los dos jóvenes que fueron privados de su libertad la noche del sábado en pleno centro del poblado de Tixtla.
Al respecto, el edil tixtleco afirmó que la desaparición de Abilene Ibañez Sanchez y Cristian Molina Honorato, la novia y el hijo del promotor de la policía comunitaria en este municipio de la región Centro, Gonzalo Molina González, es una represalia de la delincuencia organizada porque el grupo de autodefensa detuvo a tres jóvenes señalados como “halcones”.
En tanto, los dirigentes del grupo de autodefensa señalaron que retuvieron a los uniformados durante los primeros minutos del domingo porque las autoridades municipales son cómplices de los grupos delincuenciales que se disputan el control de la venta y trasiego de droga en este lugar ubicado a 16 kilómetros de la capital de la entidad.
La liberación de los cinco policías municipales y cinco agentes de tránsito se realizó a las 20:30 horas de ayer en el barrio de El Fortín, mediante la firma de una minuta de acuerdos entre el grupo de autodefensa y autoridades municipales.
De acuerdo con el testimonio de pobladores y reportes oficiales, en Tixtla operan dos pandillas, la primera al servicio del grupo delictivo “Los Rojos”, que presuntamente dirige José Luís Alcaraz La Gringa, hermano del alcalde perredista Gustavo Alcaraz y la otra se denomina “Las Ardillas”, encabezada por la familia del presidente del Congreso local, el diputado perredista, Bernardo Ortega Jiménez.
Estos grupos delictivos disputan un importante corredor de la zona Centro, donde Tixtla es considerado el paso obligado de la droga que se concentra en el municipio de Quechultenango, refieren los informes consultados por Apro.
Hasta el momento el hijo del activista indígena y su novia siguen desaparecidos y el grupo de autodefensa adherido a la PC-CRAC sigue en alerta máxima ante este hecho, considerado como una agresión en contra de este sistema de seguridad y justicia comunitario surgido hace 18 años en las regiones de Costa Chica y Montaña ante la criminal omisión e indolencia gubernamental frente a la ola delincuencial que padece la entidad.
El grupo de policías comunitarios de Tixtla tiene presencia en dos colonias de la cabecera municipal y en cinco de las 17 comunidades que conforman este municipio de la región Centro y desde su conformación han mantenido una relación ríspida con el edil perredista y autoridades castrenses.
Fuente Proceso
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