sábado, 31 de agosto de 2013

Caso caravana Televisa, sin pistas de los autores intelectuales



Roberto Fonseca

MANAGUA (apro).- Un año después de que inició el caso de la caravana de las camionetas con logotipos de Televisa que transportaban 9.2 millones de dólares y residuos de droga, la justicia nicaragüense no ha podido precisar quién o quiénes son los autores intelectuales de esa operación del crimen organizado, pero se siguen buscando nuevas evidencias y pruebas, afirma Armando Juárez, inspector general del Ministerio Público de Nicaragua.

Señala que, “por ahora” no se tienen “dictámenes contundentes” para determinar la autenticidad de la firma de Salvador Narcia, vicepresidente de información nacional de Televisa, que aparece en varios de los documentos que portaban los tripulantes de dichas camionetas. Afirma, sin embargo, que Nicaragua “no renuncia a la posibilidad de nuevas acusaciones en caso de encontrar pruebas irrefutables de involucramiento”.
El 20 de agosto de 2012, un grupo de 18 mexicanos, que viajaba por Centroamérica a bordo de camionetas Van marcha Chevrolet, pintadas con los emblemas de Televisa, fueron detenidos por la Policía Nacional de Nicaragua, en el puesto fronterizo de Las Manos, compartido con Honduras.
Cuatro días después, la Directora de la Policía Nacional, primera comisionada, Aminta Granera, presentó a los 18 mexicanos detenidos, capturados con más de 9 millones de dólares ocultos en compartimentos secretos. Horas después, la banda, liderada por Raquel Alatorre, fue acusada formalmente de dos delitos: crimen organizado y lavado de dinero, que días después se ampliaron a tres, sumándose el de tráfico internacional de estupefacientes y sicotrópicos.
Meses después, los 18 mexicanos fueron encontrados culpables y condenados a penas que oscilan entre los 25 a 30 años de prisión. Actualmente, su caso se encuentra en Apelaciones, en la Sala Penal Dos del Tribunal de Apelaciones, el cual no se ha pronunciado sobre su petición de inocencia.
En entrevista con Apro, el inspector Juárez realiza un balance sobre este caso, uno de los más sonados en los últimos años en este país.
—A un año de la detección y captura de la banda de 18 mexicanos, que circulaban por la región en camionetas pintadas con los logotipos de Televisa, ¿dónde está la relevancia de este caso: en los 9 millones de dólares incautados o en el modus operandi que quedó al descubierto?
Bueno, por ambas. Creo que tiene muchos asteriscos que hay que valorar. Primero, es un caso que saca a luz pública a nivel regional operaciones de crimen organizado bajo formas muy novedosas y singulares, donde se transporta cantidades abundantes, millonarias de dólares; y el éxito que representa para los órganos de inteligencia de Nicaragua y el sistema de justicia para hacer efectiva la política de persecución impulsada por el gobierno de la República de Nicaragua de cara a no permitir ni el asentamiento, ni el empoderamiento del crimen organizado.
Desde el punto de vista de la fachada es relevante, evidentemente, el haber expuesto una cobertura de una organización que es una industria de los medios de comunicación en Latinoamérica, pues, tiene su peso, e igualmente la estructura organizacional, el apoyo logístico, la fachada, la creación de enmascaramiento con los emblemas, las chaquetas, etc., demuestra que hay un alto nivel organizacional de este grupo y que evidentemente no es un grupo insignificante, es un grupo poderoso.
¿Hay alguna evidencia, o alguna pista que lleve a identificar a los autores intelectuales?
Nosotros hicimos mucho esfuerzo alrededor de eso. De los documentos, de los celulares ocupados y de los hallazgos encontrados en un vehículo, incluso supuesta documentación donde aparentemente tenían una conexión con funcionarios, empleados de alto nivel de Televisa, eso daba la obligación de ir tras los intelectuales de todo esto. Pero, ha sido difícil y no hemos podido, al menos hasta ahora, poder decir con precisión, estos son los responsables ideológicos, los que han financiado o estimulado, este tipo de operaciones.
—¿Ha resultado difícil porque los acusados no colaboran en ese sentido, porque en sus declaraciones nunca quisieron identificar a nadie?
—No. Esto fue un proceso muy complejo, nosotros comenzamos aquí con los seis vehículos detenidos, posteriormente se conoció que llegaron a 12, y después a 16, y ese trabajo fue parte de la Procuraduría mexicana junto con los medios de comunicación de ese país, de tal manera que lo que se hizo aquí sí tuvo una trascendencia y al menos dejó al descubierto que no solamente se trataban de seis vehículos, sino de 18. Yo me imagino que la Procuraduría mexicana continúa trabajando porque hay abundante información y material que trabajar y profundizar.
“Nosotros nos sentimos satisfechos con la labor realizada por la Procuraduría mexicana, por la asistencia y colaboración con nosotros. Ha habido una asistencia jurídica en el marco del tratado que ha sido oportuna, a tiempo, y en el marco de las cosas que hemos solicitado. Nunca nos la han negado, al contrario. La colaboración ha sido muy, muy profesional, y nosotros hemos dado a través de nuestra autoridad, que es don Julio Centeno Gómez, fiscal general de la República, hemos dado el plácet a esa colaboración”.

La firma de Narcia
—A un año de la captura, ¿cuál es la conclusión de las autoridades nicaragüenses sobre a qué grupo criminal está asociada esta banda? En un momento se habló de que pertenecían a Los Zetas.
—Bueno, la Fiscalía como tal no ha tenido una información precisa, determinante, alrededor de los vínculos organizacionales de este grupo de crimen organizado operando en Nicaragua, puede ser que sea una información del dominio de la Policía, pero esa parte en realidad no la hemos compartido. Sí hay, digamos, intercambio de información pero que no es posible compartir para que sea de consumo periodístico.
—Se habló en aquel entonces de que el papá de Raquel Alatorre podría ser al frente de la operación. ¿Les confrimaron las autoridades mexicanas al respecto?
—Bueno, nosotros y las autoridades de la Procuraduría mexicana que nos asistieron muy oportunamente, compartimos mucha información, pero básicamente la información de nuestro interés se centraba en las operaciones y en los vínculos con Nicaragua. Ya la parte que surgió alrededor de los bienes allá, de 12 vehículos más, ya fue del ámbito de la Procuraduría mexicana. Todo lo concerniente a las casas, a los recursos, a los familiares, también es un aspecto que la Fiscalía en Nicaragua los desconoce desde el punto de vista operativo. Sí compartimos alguna información, pero era la que venía a fortalecer la base probatoria nuestra.
—En su momento, ustedes solicitaron que se confirmara la identidad de estas personas y para ello ustedes proporcionaron las huellas dactilares, fotocopias de los pasaportes y de otros documentos personales. En base a la información que aquí se logró recopilar, ¿se pudo confirmar finalmente si las identidades son correctas, así como sus profesiones?
—Sí. Todos corresponden a esos nombres, pero creo que había un caso en donde no coincide un apellido, o un nombre, y sobre los pasaporte, en estos momentos no puedo precisar, pero hubieron casos donde los pasaportes habían sido falsos. También creo que en la mayoría de los casos, según los reportes, no lograron concretizar las cédulas correspondientes, pero es un ámbito de investigación que ya quedó en manos de las autoridades mexicanas.
—Una de las cosas que ustedes solicitaron colaboración fue con la firma de Amador Narcia, ejecutivo de Televisa.
—Sí.
—Ustedes obtuvieron copia de esa firma en distintos momentos y la sometieron a análisis de especialistas. ¿Cuál fue el diagnóstico, la conclusión final, de los peritos?
—En el caso de Amador Narcia hicimos los requerimientos a través del tratado (de asistencia judicial), a través de Procuraduría. Nos enviaron una primera parte de muestras que de acuerdo a nuestro criterio técnico criminológico de nuestro laboratorio no reunía las características técnicas, pero sí hubo colaboración y sí hubo disponibilidad.
“Posteriormente enviamos un segundo requerimiento, aclarando los aspectos técnicos de nuestro laboratorio, solicitando las ‘muestras libres’, que es un criterio criminológico técnico que se requería para tener una conclusión más científica. Recibimos la ‘muestras libres’ de la firma del señor Narcia, y recibimos documentación privada, que no puedo decir acá, que nosotros solicitamos, y también nos fue proporcionada.
“De tal forma que el laboratorio nuestro llegó a la conclusión de que el material no era apto como para que tuviéramos un dictamen contundente, entonces decidimos dictar un “por ahora”, que es una circunstancia procesal que nos permite nuestra ley ante la falta de obtención del material necesario para ser comparado, porque resulta que las comunicaciones que nosotros encontramos en la Van de la gente capturada aquí, son aparentemente facsímil, y eso tiene sus desajustes a la hora de imprimirse. Entonces, eso ha dificultado un poco la pericia.
“Igualmente también requerimos algunos sellos, tanto del notario como de algunas oficinas gubernamentales mexicanas, que aparecían sellando las comunicaciones (incautadas a Raquel Alatorre). Eso ha quedado ahí, en espera, por eso fue que dictaminamos el “por ahora”.

El “por ahora”
—¿El “por ahora” significa que hay una especie de impasse, para seguir ahondando en las investigaciones, para buscar nuevas evidencias?
—El “por ahora” es una figura procesal que nos permite exactamente eso, como no podemos dar una conclusión determinante, no podemos decir “tenemos caso”, entonces nos tomamos un tiempo con el fin de poder recopilar cualquier otra evidencia más allá de las que tenemos, que nos permita llegar a un auto conclusivo. La ley nos da tres meses para que una vez dictado el “por ahora”, hagamos ese trabajo, y si no vamos a tener que acusar si llegamos a tener pericia concluyente, o tendríamos que dictar un auto conclusivo que bien puede ser cerrar la investigación.
—¿Han solicitado nuevas pruebas para llegar a una conclusión final al cabo de ese periodo?
—Aparte del material éste que tenía que ver con las “muestras libres” de la firma del señor Narcia, requerimos unas muestras de unos sellos de unas oficinas y de unos abogados.
—¿Oficinas privadas o gubernamentales?
—No, gubernamentales. Es que las comunicaciones de la supuesta División de Eventos Internacionales de Televisa, están dirigidas a algunas oficinas gubernamentales, como aduanas, etcétera. Vienen acompañadas de unos sellos, entonces eso es lo que queremos, eso está supuesto de enviarse, y ya teniendo el conjunto, vamos a valorar.
—Entonces, ¿tomarán la decisión de abrir una causa o de cerrar el caso si no se logran pruebas adicionales?
—Evidentemente ha sido difícil determinar quiénes son los autores intelectuales, uno de nuestros objetivos a investigar, no solamente porque hemos tenido dificultad en cuanto a las pericias, que eso ya es un asunto de laboratorio, sino también por las características de los documentos a comparar.
“Repito, sí nos proporcionó el señor Narcia todo el material que nosotros requerimos, pero para el laboratorio nuestro (criminalístico) el material suministrado no reúne las características para que nosotros tengamos una pericia contundente, y por tanto, por ahora, vamos a tener eso ahí.
“Pero, el hecho de que lleguemos a una conclusión al cabo de tres meses o más, y tengamos que dictar una resolución sobre el caso, no significa para nada (renunciar) a nuestra labor de inteligencia, a nuestra labor de judicialización, que el día de mañana no podamos acusar a cualquiera que aparezca vinculado a este u otro caso. No hay que entenderlo así porque no se trata de eso; es algo como que lo vamos a tener ahí, sin olvidarnos de él. Estamos claro.
—¿Quiere decir entonces, que no se puede decir si Televisa o algún funcionario de Televisa intervino o no de alguna forma, directa o indirectamente, en esta operación?
—No, lo voy a decir de otra manera. Nosotros no podemos confirmar que Televisa, a través de cualquier empleado o funcionario de ningún nivel, haya tenido que ver algo. No lo podemos afirmar. Por eso se trata de tener una investigación sumamente profesional, porque obviamente aquí la investigación no giraba exactamente hacia Televisa. Aquí la investigación era determinar el origen de la fachada, de la cobertura, de la línea de conducta que ellos adoptaron y ver en realidad cuál era su origen. ¿Estamos?
“Entonces hasta el momento no, con responsabilidad lo digo, nosotros no hemos encontrado en nuestra investigación un elemento probatorio que nos diga: ‘Sí, alguien de Televisa estaba vinculado a esto’. No lo hemos encontrado, de ser así ya lo hubiéramos acusado.
—¿Ustedes han sostenido encuentros con ejecutivos de Televisa o con representantes de Televisa en todo este periodo?
—Sí, nosotros tuvimos alrededor de tres ó cuatro encuentros, tanto con el representante mexicano, que no me acuerdo ahorita los nombres, también acompañados de representantes nicaragüenses, de una firma de abogados acá. Estas reuniones fueron más motivadas por ellos, solicitadas por ellos, pero nuestra investigación básicamente o fundamentalmente se ejecutó a través del auxilio de la Procuraduría mexicana, a la cual agradecemos ese profesionalismo, porque ciertamente así se ha dado. El propio embajador, su equipo en Nicaragua, los procuradores regionales (asentados) en Guatemala nos han asistido y nos han cumplido.
—Recuerdo que antes de pronunciarse sobre el peritaje de la firma del señor Narcia, usted fijó una fecha, pero luego se produjo un retraso de un par de semanas. Ese retraso provocó suspicacias sobre los motivos o las causas del mismo…
—Le voy a contar qué fue lo que pasó. Yo ya había dicho que estamos trabajando eso, pero a veces los medios, no todos, son muy dinámicos, por así decirlo, y las cosas no han sucedido y ellos por dar una noticia, por ganarse la primicia, en determinado momento alguien dio una primicia, pero resultó que las cosas no marchan como quiere el periodista, las cosas marchan a cómo tiene que marchar, y nosotros cumplimos un procedimiento. Esto no tiene una motivación periodística, esto tiene una motivación coercitiva, de persecución penal. Y una vez que concluimos, procedimos a comunicárselo a las personas que lo teníamos que comunicar, y una de éstas era Televisa. Nosotros le comunicamos a Televisa, y posteriormente hicimos un comunicado de prensa que ya lo divulgamos a todos los medios.
—¿Alguno de los 18 detenidos ha solicitado ser repatriado a su país para cumplir su sentencia allá?
—Eso también fue una especulación periodística. Ellos nunca han solicitado ser repatriados para cumplir su condena a México. Posiblemente lo hagan en algún momento. Ellos ahorita están cumpliendo la pena que se les impuso, que va de entre 25 a 30 años por los delitos de transporte internacional de estupefacientes, psicotrópicos y otras sustancias controladas, lavado de dinero y crimen organizado internacional.
“Ellos apelaron, tuvieron su audiencia de apelación. El tribunal no se ha pronunciado y, pienso yo, especulo, que también va a pasar a casación en su momento. Por eso la extradición está lejísima y no ha sido planteado nunca.

Fuente Proceso

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