lunes, 12 de agosto de 2013

Pemex y CFE no se venden… pero se abren a la inversión privada: EPN



Arturo Rodríguez García

MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Con citas e invocaciones a Lázaro Cárdenas y un diagnóstico que proyecta al sector energético como deficitario, improductivo y agotado, el presidente Enrique Peña Nieto presentó hoy su Iniciativa de Reforma Constitucional en la materia, asegurando que Pemex y CFE no se venden ni se privatizan, aunque se abrirán a la inversión privada.
El plan energético de Peña Nieto plantea la apertura a la inversión privada a partir de asociaciones entre Pemex y socios capitalistas para la extracción. En tanto, refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento de petróleo y gas, podrán asignarse a particulares.

Respecto al sector eléctrico, la reforma constitucional posibilitará que inversionistas privados participen en la generación de electricidad, de tal suerte que estimulen la competencia, reduciendo así las tarifas.
En cualquier caso, la rectoría del Estado se mantiene según Peña Nieto, pues en el ramo petrolero, los productos del subsuelo seguirán siendo de la nación y, en el eléctrico, el estado mantendrá el control del sistema. Así como del servicio público de redes de transmisión y distribución.
Los anuncios de apertura a inversionistas privados, fueron adornadas con las menciones de Lázaro Cárdenas, una constante discursiva con que el mandatario planteó su propuesta de reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales.
Peña Nieto recordó que hace 75 años, el entonces presidente Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera pero, aceptando que el Estado celebrara contratos con particulares bajo la rectoría del Estado. Entonces atribuyó la siguiente cita al expresidente, cuando se dirigió al Congreso para plantear su reforma al 27 constitucional en 1938:
“La exclusión de los particulares del régimen de concesiones que el artículo 27 fija a la explotación de los recursos naturales del domino público, no implica que la nación abandone la posibilidad de acudir a la colaboración de la iniciativa privadas sino simplemente que esa colaboración deberá realizarse en el futuro dentro de las formas jurídicas diversas de la concesión”, dijo Peña Nieto citando a Cárdenas para luego explicar que su proyecto no considera “producción compartida, sino contratos de utilidad”.
Aun más: para el mandatario, lo que busca la reforma al artículo 27 constitucional es que vuelva a decir lo que Lázaro Cárdenas dijo y dejó escrito, sobre la participación privada en exploración, extracción, refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento de los hidrocarburos. Esto es, en todo la cadena petrolera que, además, implicará una reestructuración de Pemex.
Para que inversionistas privados puedan participar en el sector energético bajo la propuesta de Peña Nieto, la reforma al artículo 27 se complementa con una reforma al artículo 28, que establece hasta ahora, la exclusividad, o el monopolio de Estado, sobre las áreas estratégicas y prioritarias, entre éstas petróleo y los demás hidrocarburos, petroquímica básica y electricidad. La reforma implica erradicar dicha exclusividad.
En apenas cuarenta minutos, los discursos del titular del Ejecutivo y del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, delinearon los diferentes aspectos de la reforma, ante la totalidad de los miembros del gabinete legal y ampliado, el dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps y de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, de los líderes camerales priístas, el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa, así como de dirigentes empresariales, entre ellos el magnate cementero, Lorenzo Zambrano.
Las buenas y las malas
Las malas, es decir, el diagnóstico, estuvo a cargo de Pedro Joaquín Coldwell, para quien, de seguir como hasta ahora, se enfrenta “una amenaza a la seguridad energética” del país; las empresas de Estados Unidos pueden regresar a ese país por los altos costos de la electricidad y se están agotando las reservas petroleras de fácil extracción, en tanto, México es deficitario en producción de gas, gasolina, petroquímicos y transporte de combustibles.
Las buenas, o sea, lo que conseguirá la reforma, estuvieron a cargo de Peña Nieto, quien, cardenista ante todo, aseguró, elevará la calidad de vida de las familias, generará empleos y fortalecerá la economía nacional.
Con la ausencia de los integrantes del Pacto por México, pero con la consideración del Presidente que el diálogo con las fuerzas políticas ha creado un buen ambiente para la reforma, la iniciativa firmada y presentada hoy al Legislativo, contempla abrir a la inversión privada todos los proceso del sector Energético, incluyendo petróleo y gas; una reestructura de Pemex, cuyas subsidiarias se reorganizarán en dos divisiones: Exploración y Producción, que concentrarán todo lo relacionado con la extracción de petróleo y gas, y Transformación Industrial, orientada al procesamiento del petróleo, el gas, los combustibles petrolíferos o petroquímicos.
Además, se contempla un nuevo régimen fiscal, a implementarse a partir de que se aprueba una eventual reforma hacendaria, lo cual implicará una contribución más moderada a fin de que los recursos se reinviertan en la empresa.
También supone una mayor transparencia y rendición de cuentas y, finalmente, la implementación de contratos de utilidad, es decir, los mencionados contratos para extracción, así como los contratos sólo con particulares para refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento de petróleo, gas y derivados.
En el acto, celebrado en la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario se concretó a firmar la iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales, anunciando que será más adelante cuando presente el paquete de reformas a las leyes reglamentarias.
No obstante, expuso que con la reforma que plantea se lograrán una restitución de reservas probadas de petróleo y gas superiores a 100 por ciento, es decir, que se encontrarían más reservas; el incremento de 2.5 millones de barriles diarios de petróleo a 3 millones de barriles en 2018 y 3.5 millones para 2025.
Además, un aumento en la producción de gas natural que de 5 mil 700 millones de pies cúbicos diarios, se elevará a 8 mil millones en 2018 y a 10 400 millones en 2025.
Como si se tratara de una nueva administración de la abundancia, Peña Nieto aseguró que los mexicanos verán reflejado en sus bolsillos la mejoría; que las reformas estimularán la competitividad y la generación de empleos; que se abaratará el recibo de la luz de familias, comercios e industrias.
Hay amenaza a la seguridad energética: Coldwell
A las cifras y bondades que Peña Nieto atribuye a la aprobación de su reforma presentada hoy, Pedro Joaquín Coldwell sirvió para contextualizar el plan:
En México se produce menos petróleo y menos gas natural, cuando la inversión pública se ha sextuplicado; el gas natural no satisface el mercado interno, pues la tercera parte de la demanda nacional es importada; además, se importa petroquímica por 21 mil millones de dólares anuales y el 49 por ciento de la gasolina del mercado interno.
Según el funcionario, en ocho años la producción de crudo descendió en 835 mil barriles diarios, dejando el país de percibir casi 22 mil millones de dólares anuales.
El secretario sostuvo que se está acabando el “bono energético” de Cantarell, por lo que en México se estás acabando la era de los yacimientos gigantes en aguas someras que representaban petróleo abundante y bajos costos de extracción.
Hay hidrocarburos, pero en aguas profundas, en Chicontepec y yacimientos gasíferos, pero los proyectos son costosos y es necesario asociarse con quien puede realizarlos pues “hay que compartir los riegos”.
“No sólo enfrentamos el reto de multiplicar nuestra capacidad de inversión, sino también de ejecución. Se requiere no sólo de más capital financiero, sino también de más ingenieros y empresas nacionales”, apuntó.
En general, la perdidas en refinación es de 255 mil millones de pesos; 40 mil millones de pesos en petroquímicos; el transporte cuesta 13 veces más por ruedas que por ductos.
Para Peña Nieto, México se encuentra ante una oportunidad histórica y, en un documento difundido por la Presidencia a propósito de la iniciativa se planteó, lo que ya en los discursos se había expuesto, es decir, diagnóstico, advertencia y beneficio, según el gobierno federal:
“Es claro que si no hacemos nada con relación a la energía en México, corremos el riesgo de estancarnos y no crecer. Somos un país afortunado por contar con recursos naturales que pueden ser aprovechados para beneficio de los mexicanos.
“Estamos listos para competir y colaborar. Es el momento de modernizarnos y retomar los fundamentos del presidente Lázaro Cárdenas y llevarlos al siglo XXI para reforzar nuestra identidad nacional como potencia y generar mejores condiciones de vida para los mexicanos de ahora y de mañana”.

Fuente Proceso

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