Por Raúl Trejo Delarbre • @ciberfan
Los arbitrarios reproches de Elba Esther Gordillo contra las mujeres a las que acusa de que, por trabajar, descuidan la formación de sus hijos, fueron
tan escandalosos que desplazaron la discusión de otros puntos de vista
del sindicato de los maestros y su extravagante lideresa.
Distintas voces han señalado la parcialidad de aquellas opiniones que
culpan a las mujeres que trabajan de la “crisis moral” de nuestro
país. En el mismo documento misógino, Gordillo reniega además de la televisión y las nuevas tecnologías.La tesis Gordillo sobre tales medios sostiene que, cuando la familia dejó de ser “el centro de formación de los valores”, ese sitio “fue ocupado por otros sistemas de comunicación”. En vez de “crecimiento espiritual” tenemos entretenimiento sin valores a causa de “el excesivo consumo de televisión chatarra y el abusivo uso de instrumentos lúdicos envueltos en ropajes de tecnología también chatarra”.
El embate sin más argumentos contra el entretenimiento y la reivindicación también inopinada del núcleo familiar, parecen más propios de un documento confesional que de la tradición liberal que, con todo y su déficit democrático, ha tenido el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
No es casualidad que dos semanas antes el SNTE y la Conferencia del Episcopado Mexicano hayan creado el grupo llamado “Educación y Formación con Valores”. De la mano con esos nuevos aliados, Gordillo hace a la cultura audiovisual un cuestionamiento tan estridente que se emparenta con las exageraciones apocalípticas contra las que hace casi medio siglo advertía Umberto Eco.
La televisión, sin duda, contribuye de manera muy importante a edificar un entorno de trivialización en el tratamiento de los asuntos más variados. Pero lo que hace falta no es demonizarla sino crear delante suyo los contrapesos que permitan que tengamos otras versiones de la realidad frente a las que presenta ese medio. En México, en donde dos empresarios acaparan la mayor parte de las frecuencias, es preciso que surjan más opciones de televisión.
Las nuevas tecnologías de la información, por otra parte, son mucho más que alienantes videojuegos y pueden coadyuvar a la enseñanza. Pero uno de los obstáculos fundamentales a la incorporación de recursos digitales en las escuelas ha sido el rechazo, o la indolencia en ese tema, de no pocos profesores y su sindicato.
Nada de eso recuerda Gordillo. También olvida que hasta hace poco tiempo ella misma se rendía ante el poder de la televisión privada, con la cual ha mantenido un canje de legitimación y negocios. En el gobierno anterior, asociándose con la fundación de Marta Sahagún de Fox, Gordillo y su sindicato fueron parte del Canal de las Estrellas al patrocinar una serie de presunta orientación para padres. Luego, en junio de 2009, la lideresa de los maestros y Emilio Azcárraga Jean crearon un programa de concursos con el que pretendían “promover una educación de calidad”.
El repentino desengaño de Gordillo acerca de las capacidades de la televisión privada no se debe a la constatación de que esa calidad, en las frecuencias de Televisa o Televisión Azteca, es inexistente. Su rebeldía antimediática detonó cuando algunos personajes de Televisa impulsaron la película De panzazo y la campaña para abatir la indolencia de no pocos maestros y de su sindicato.
Las credenciales de Gordillo y el SNTE en esa súbita postura crítica ante la televisión y las nuevas tecnologías no son sólidas, ni verosímiles. Pero no es congruencia en su discurso lo que buscan, sino promover sus intereses corporativos ?aunque sea en el filo de la navaja ideológica en donde los coloca su acercamiento al conservadurismo clerical?.
Con ese afán, Gordillo descuida las formas y comete un plagio. El documento publicado bajo su firma apareció el 15 de octubre, a dos planas, en un suplemento de Reforma. Pero en su estructura, en la mayor parte de sus frases y en varios párrafos completos, es idéntico al discurso que pronunció el secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre, el 27 de septiembre durante la presentación de la asociación civil “Educación y Formación con Valores”.
Así que Gordillo plagió la intervención del secretario general. Seguramente comparten asesores y amanuenses. Pero publicar como suyo un texto que antes ha sido presentado por otra persona dice mucho de la indolencia de la profesora en sus definiciones públicas. Con más méritos como ese, pronto la veremos premiada por la FIL de Guadalajara.
La autoría de los textos que firma es minucia ante los temas que realmente preocupan a la señora Gordillo. Ahora está empeñada en promover un misticismo ramplón pero vehemente con frases como ésta, con la que remata su desplegado: “Es el fanatismo, cualquier fanatismo, el que pervierte la fe que no es otra cosa que libertad, aspiración trascendente, luz”. La retórica de la líder sindical es un ramillete de disparates porque en el fondo no importa lo que diga sino que parezca que dice algo.
Fuente Revista Emeequis
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