jueves, 20 de diciembre de 2012

Tras plantíos de transgénicos, presiones de todos lados: Guerra

 
 
Angélica Enciso L.
 
La decisión sobre la autorización del cultivo comercial de maíz transgénico no debe ser personal ni política, sería una inmoralidad, advierte Juan José Guerra Abud, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Hay presiones de todos lados, reconoce, y por ello se dejará a un grupo de expertos que hagan una recomendación, a partir de la cual las secretarías involucradas en el tema tomarán una resolución que se entregará al presidente Enrique Peña Nieto antes de que comience el próximo ciclo de siembras.
A unos días de asumir sus funciones como titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene claro dos temas urgentes en materia ambiental: el maíz transgénico y el rescate de la vaquita marina.
En la primera entrevista que ofrece asegura a La Jornada en sus oficinas de Camino al Ajusco que tomará decisiones de fondo, basadas en criterios científicos, aunque no cuestiona las acciones adoptadas por los gobiernos panistas.

Integrante del Partido Verde y coordinador parlamentario de éste en la pasada legislatura en la Cámara de Diputados, Guerra Abud pide el beneficio de la duda ante su designación al frente de la dependencia. Sostiene que se dará prioridad al desarrollo económico, aunque no a costa del medio ambiente.
–¿Cuál es el cambio de fondo que se propone en la Semarnat?
–El cuidado del medio ambiente no requiere cambios de fondo. Si acaso, yo diría que hoy como nunca el país tiene que crecer económicamente. Es inaceptable que exista pobreza y esa es una de las estrategias fundamentales del presidente Peña. Puedes crecer económicamente y respetar el medio ambiente. Creo que las dos cosas se pueden dar de manera conjunta. Esa es una responsabilidad que en la Semarnat tenemos que cuidar y que ésta sea el vehículo para crecer sustentablemente, no el freno para quitar o impedir cualquier clase de desarrollo.
Empresa que no respete las normas será sancionada
Proyectos mineros o de cualquier índole tienen que respetar las leyes, tenemos que tener un estado de derecho. Tenemos que crecer económicamente, pero no a costa de lo que sea. Hay que respetar las reglas. Si cualquier empresa hace actividades al margen de las normas debe ser sancionada, pero si cumple esas normas tienen que ser protegidas por ese mismo estado de derecho.
–¿En la Semarnat esperaríamos políticas que hagan una diferencia respecto de lo que hicieron los gobiernos panistas?
–Yo creo que en todos los cambios de gobierno tenemos que tomar lo que se hizo bien, continuar con ello, y lo que no se hizo bien mejorarlo. Hay áreas que vamos a fortalecer, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), incrementaremos el número de inspectores para que las verificaciones se hagan como deben ser. Hay una propuesta que está por hacerse para que las empresas presenten un dictamen ambiental y de esta manera los escasos recursos que tenemos para la inspección se focalicen en áreas en las que es importante profundizar. Es indispensable tener un cuerpo de inspección fuerte para que las disposiciones se cumplan y respeten a cabalidad.
–¿Cuáles serían los temas urgentes en la Semarnat?
–Uno son los transgénicos. El tema es tan delicado y trascendente para el país que la decisión no es ni personal ni política. Sería una inmoralidad tomarla sin ver que se trata de una decisión científica; por eso convoqué la semana pasada al consejo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), que presido hasta finales de este mes. Nos reunimos unos 20 minutos. Les dije: señores este tema es muy importante, no podemos dejarlo a la ligera y debemos tomar una decisión antes de que empiece el nuevo ciclo de siembras. Para que hagan una recomendación científica invitamos a instituciones que gozan de prestigio, imparcialidad y conocimiento.
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Juan José Guerra Abud, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, durante la entrevistaFoto Carlos Ramos Mamahua
 
“No me cabe la menor duda de la calidad académica e imparcialidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional, del Colegio de Posgraduados de Chapingo, de la Universidad Antonio Narro ni del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Ellos tienen científicos que conocen del tema, sin duda más que yo.
“A los secretarios que participamos en la Cibiogem nos toca tomar una decisión que propondremos al Presidente de la República. Tendremos que asumir nuestra responsabilidad y tomar una decisión, ahí sí, personal y política, con base en un informe científico. Este país requiere de una política pública en materia de transgénicos, particularmente en el tema del maíz. Se trata de que vengan los científicos y nos digan qué es lo que más conviene al país desde el punto de vista, no solamente genético, sino comercial, de productividad, económico y, sobre todo, de soberanía alimentaria.
He escuchado a gente que dice que esto nos va a afectar así o asado, desde la genética. Hay quienes dicen que la productividad va a crecer y quien dice que no es cierto. Hay quienes dicen que se pierde soberanía alimentaria y quien dice que no. Entonces que estas cinco instituciones nos den la recomendación. Es lo mejor que puede pasar al país. Así lo propusimos los integrantes de la Cibiogem, las secretarías de Agricultura, Salud, Economía, Educación, Hacienda, Medio Ambiente y Conacyt.
–Ya se han hecho las pruebas experimentales de maíz transgénico, siembras piloto, y queda pendiente la autorización del cultivo en fase comercial, que ustedes tendrán que definir: ¿esta comisión va a resolver si se autorizan las siembras?
–Estas instituciones sin duda van a tomar en consideración las opiniones de todos los que han participado en esto, incluyendo parte de estos estudios. Ha habido presiones de todos lados, lo mejor es quitar esas presiones e irnos por la parte académica. Vendrá una recomendación de las instituciones académicas, lo revisaremos en la Cibiogem, daremos una opinión y la mayoría tomará una decisión.
“Otro tema que veo complicado, y me preocupa, es el de la vaquita marina –explica–. No quiero escatimar recursos para la protección de una especie endémica de nuestro país y quiero saber cuál es el estatus actual de esta especie.
En estos días voy a invitar a una comisión integrada por cuatro científicos, cuatro organizaciones no gubernamentales, cuatro legisladores y cuatro funcionarios para que nos digan cuál es el estatus actual de la vaquita marina y que en función de esto nos den una sugerencia. Creo que es la mejor manera de quitar de un escritorio decisiones tan trascendentes. Y como eso hay muchas otras cosas que tenemos que hacer sobre bases científicas, sobre bases reales.
–Su presencia en la Semarnat se entiende como un pago del PRI al PVEM por la alianza electoral, ¿qué dice usted?
–Me han dicho mil cosas. Que porque conocía al presidente Peña desde hace muchos años, que porque el Partido Verde. Mil cosas. Diría: el único compromiso que el presidente Peña tiene es con los mexicanos: es el único, con nadie más. Pido el beneficio de la duda. Vamos a empezar a hacer cosas de fondo.
“En el tema de transgénicos hay presiones de todos lados. No voy a ceder a ninguna, la decisión es científica. Involucrar a cinco instituciones para que opinen y participen en el tema es una decisión de fondo, ayudará a tomar la decisión más adecuada. Me quiero ir a tomar decisiones de fondo.

fuente La Jornada

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