Patricia Mayorga
CHIHUAHUA, Chih. (proceso.com.mx).- “¡Bueno, esta vieja no entiende!,
ya balearon a su hija, ya le mataron al marido, hay que echársela a
ella para que entienda”.
Lo anterior fue parte del comentario que
el recaudador de Rentas del municipio de Carichí, Mario Aranda
Gutiérrez, hizo al ganadero acusado de invasión de tierras Jesús María
Sandoval Espino el pasado 5 de mayo, refiriéndose a la abogada Estela
Ángeles Mondragón.
El funcionario amenazó con que si Mondragón “no entiende” o no desiste de litigar a favor de los indígenas, la asesinarán.
Sin
embargo, la plática fue escuchada por amigos de la defensora de los
rarámuris y de inmediato la alertaron, según se asienta en la denuncia
que interpuso el director de Gobernación estatal, Wilfrido Campbell
Saavedra el martes pasado.
Campbell sugirió a la abogada que
extreme precauciones porque las amenazas se han incrementado a la par
que se desahogan los juicios contra ganaderos invasores, en materia
agraria, de tipo penal, por el delito de despojo, ya que se volvieron a
ocupar tierras que un tribunal agrario restituyó al ejido indígena en
noviembre de 2011.
Ángeles Mondragón, quien el mes pasado ganó el
Premio Nacional de Derecho Humanos “Sergio Méndez Arceo” es una de los
10 defensores de Chihuahua que goza de medidas cautelares por
recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La
denuncia advierte que Aranda Gutiérrez recaba documentación de los
ejidatarios implicados en 32 juicios agrarios y les ha dicho que de su
cuenta corre que los volverá a meter a los terrenos que ya ganaron los
rarámuris de Baquiachi.
“…entendemos que son tiempos de campañas
políticas y que los políticos suelen prometer lo que quieren sin ninguna
consecuencia para ellos; sin embargo, consideramos que lo que no es
legal que hagan los políticos y menos si es un funcionario público, es
lanzar amenazas a cualquier ciudadano y mucho menos instigar a grupos o
personas a cometer algún delito como lo es la invasión de tierras o el
atentar contra la integridad de las personas”, indica la denuncia.
La
querella se interpuso debido a que hay temor de que se cumplan las
amenazas, por los siguientes antecedentes: el homicidio del abogado y
esposo de Estela Ángeles, Ernesto Rábago Martínez (el 1 de marzo del
2010); el incendio de despacho de la abogada; un ataque que sufrió su
hija Denny Loya Ángeles, a quien le dieron un balazo en el brazo el 18
de febrero del mismo año; y un intento de homicidio contra Ángeles
Mondragón el 3 de octubre del 2010.
La abogada y la comunidad de
Baqueachi son respaldadas por varias organizaciones que están atentas
del caso y de su integridad, ya que las amenazas aumentaron cuando al
Ministerio Público citó al ganadero a invasor José María Sandoval
Espino, para que respondiera por las acusaciones de despojo y no acudió.
Sandoval
Espino invadió de nuevo las tierras que el Tribunal Agrario ya había
restituido a los indígenas en el 2011. El ganadero ahora tiene ahí más
de cien vacas, aun cuando ya se había reforestado el terreno con
programas oficiales.
Ángeles Mondragón responsabiliza a Mario
Aranda Gutiérrez, Jesús María Sandoval Espino y a Juan Manuel Romero
Miranda por el daño que sufra la integridad física de cualquier miembro
de la comunidad de Baqueachi o su familia y/o patrimonio.
Fuente Proceso
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