martes, 16 de julio de 2013

“El Z-40″ y la mano de los gringos



Álvaro Delgado

MÉXICO, D.F. (apro).- Qué oportuna es la captura del sanguinario narcotraficante Miguel Treviño Morales, el Z-40: En medio del escándalo por el espionaje que Estados Unidos practica cotidianamente en México desde que Vicente Fox y Felipe Calderón se le arrodillaron, una postura renovada por Enrique Peña Nieto.
No se trata, obviamente, de algo fortuito. Tampoco es casualidad que la noticia se haya conocido primero en ese país, a través del diario The Dallas Morning News, ni menos que la captura haya sido ejecutada por elementos de la Marina Armada de México.

Se trata de una maniobra tramada desde Estados Unidos, no sólo para “matar” mediáticamente el insolente intervencionismo del gobierno de ese país en el nuestro, como puntualmente informa esta semana la revista Proceso, sino sobre todo para reactivarlo con Peña, que con la captura de El Z-40 da su principal golpe criminal en lo que va de su sexenio.
La detención del máximo jefe de Los Zetas, caracterizados como los más crueles entre los cárteles de la droga, se oficializó más de 17 horas después de ocurrida —de las 3:45 a las 21 horas—, y sólo después de que el diario texano la difundió pasadas las 5 de la tarde.
Y a la pregunta de un compañero de si en la investigación y captura del Z-40 participaron agencias de Estados Unidos —la DEA, por ejemplo—, el subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación, Eduardo Sánchez, informó que la investigación fue “prácticamente” del gobierno de Peña, iniciada desde el arranque del sexenio.
Más allá de detalles hasta hilarantes —un helicóptero de la Marina “detuvo” la camioneta pick up en que viajaba el narco con dos acompañantes—, el operativo y la detención tienen todo el sello de Estados Unidos, incluida la participación de la Marina en la detención del sucesor de Heriberto Lazcano.
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos han sido desplegados en todo el país desde que, en el año 2000, Fox autorizó ese intervencionismo que luego se profundizó con Calderón a través de la Iniciativa Mérida, ambos con el mismo operador: Genaro García Luna, el gran espía del panismo y, al mismo tiempo, un facilitador para la intromisión estadunidense.
Tal como lo refieren Jorge Carrasco, Jesús Esquivel y Mathieu Tourliere en el semanario que está en circulación, en este arrodillamiento intervino, además de García Luna, un personaje clave: Eduardo Medina Mora, director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y secretario de Seguridad Pública de Fox, y luego procurador general con Calderón y actual embajador en Estados Unidos.
En diciembre de 2005, mucho antes de que México y Estados Unidos comenzaran las negociaciones de la Iniciativa Mérida, el Departamento de Estado inició el proceso de licitación para la compra de un equipo capaz de “interceptar, analizar y usar la información captada de todo tipo de sistemas de comunicación que operan en México”.
El consentimiento de Fox para el espionaje de Estados Unidos en México fue resultado de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad en América del Norte, firmada en marzo de 2005 por Estados Unidos, Canadá y México a iniciativa de Washington, luego de los ataques de Al Qaeda en territorio estadunidense en septiembre de 2001.
En noviembre de 2010 (Proceso 1776), Carrasco y Esquivel —este último corresponsal en Washington y autor del revelador libro La DEA en México— acreditaron que, con el pretexto de la “guerra” contra el narcotráfico, Calderón permitió la invasión de espías gringos a México.
Más aún: nueve agencias de inteligencia se instalaron en un edificio en el número 265 de Paseo de la Reforma, a un costado de la embajada de Estados Unidos, con agentes del Pentágono —lo que siempre ambicionó Estados Unidos—, del Departamento de Justicia, de Seguridad Interior y del Tesoro.
La Oficina Binacional de Inteligencia (OBI), creada por la Iniciativa Mérida, hizo que Estados Unidos abriera, también, tres oficinas “satélites” en Ciudad Juárez, Tijuana y en la zona militar de Escobedo, Nuevo León.
Así, la captura de El Z-40 no sólo no es fortuita. Estados Unidos la manejó, así haya sido con discreción…
Apuntes
Los Zetas se debilitan, en apariencia, pero el que se fortalece es el Cártel del Pacífico, con Ismael El Mayo Zambada al frente, muy por arriba de El Chapo Guzmán, que estaría cómodamente en Estados Unidos…

Fuente Proceso

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