Nace el 'kit' del soldado: granadas voladoras, mini-fábricas de armas y drones de mano.

EE.UU. ya está probando estas herramientas de guerra en Afganistán.

Granadas voladoras como drones mini dirigibles-espía, destructores robóticos de bombas chalecos detectores de suicidas, impresoras de armas en 3D… El ejército de tierra estadounidense está renovando su 'kit' de 'herramientas' para un tipo de guerra muy austera y remota. El equipo que se requiere en estos conflictos es muy distinto del arsenal anterior y del todavía existente.

Antes la mayoría de los soldados estadounidenses solían estar 'atrincherados' en sólidas bases provistas de todas las comodidades y de buenas armas pesadas, algo de lo carecen hoy en día muchas tropas modernas. De hecho, cada vez con más frecuencia los soldados tienen que operar desde puestos avanzados, pequeños y aislados, en los que se ven obligados a detectar y repeler los ataques sin todas las torres de vigilancia y armas pesadas propias de las grandes bases.

Suministrar a las tropas este nuevo equipamento es la principal misión de Rapid Equipping Force (REF), una división del Ejército encargada de desarrollar cuanto antes las nuevas herramientas y dispositivos para la infantería. El último 'kit de soldado' ha sido presentado en el fuerte de Belvoiren vísperas del Día de Acción de Gracias. Aquí les presentamos algunas de muestras de su trabajo.

Laboratorio militar en un contenedor.

En Camp Nathan Smith, a las afueras de Kandahar, hay un contenedor de 20 pies cargado con una impresora 3D, una máquina computerizada para el corte de metal, así como un par de especialistas. Se trata de uno de los tres laboratorios expedicionarios instalados alrededor de Afganistán capaces de diseñar y desarrollar prototipos de herramientas para las tropas directamente sobre el terreno.

Gracias a ello el equipo de Nathan Smith dibujó nuevos pernos sujetadores de la ametralladora M240 de control remoto cuando los viejos se rompieron. Además, en el transcurso de solo tres semanas, también fabricaron en su laboratorio nuevos adaptadores que ampliaron la duración de la batería de detectores de metales de 45 minutos a 30 horas. Estos nuevos adaptadores han gustado tanto a las tropas que los militares encargaron 2.000, que fueron rápidamente distribuidos por todo Afganistán.

Granadas voladoras por acción remota.

 Aunque se parece a un pequeño drone, pues incluso está provisto de aletas y de cámaras, y se controla a distancia, se trata en realidad de una pequeña pero letal granada volante. El dispositivo, que pesa 2,5 kilos, contiene suficiente material explosivo, mayor que un proyectil convencional con ojiva de tungsteno, para causar más daño que un pequeño drone.

REF ha enviado 44 municiones de este tipo a Afganistán, pero ninguna de ellas ha sido utilizada aún para atacar posiciones enemigas. Uno de los intentos fracasó debido a un defecto de la ojiva. Sin embargo, su futuro es prometedor, ya que pueden ser lanzadas en menos de dos minutos, y no cada 20 o 30 minutos, que es lo que normalmente se tarda en brindar apoyo con artillería o con morteros. Una espoleta de proximidad y un radio de alcance de la explosión de sólo unos pocos metros deberían convertir esta arma en una opción muy interesante para brindar apoyo a escala de pelotón o de compañía en suelo afgano.

Destructor robótico de minas.

Cuando el coronel Peter Newell se hizo cargo de la REF en 2010, llegó a sus oídos una petición reiterada: había que hacer algo contra las minas de fabricación 'casera' con espoleta a presión. "El problema de la placa de presión vuelve a la gente loca", sostuvo Newell.  

Parte del problema residía en el hecho de que el Ejército no sabía qué fuerza de presión activa estas minas. "Un tanque técnicamente podría pasar por encima de estas cosas y no activarlas", afirma Newwll, aunque -puntualizó- "un soldado sí puede". La presión necesaria quedó clara cuando se encargaron los estudios pertinentes a FBI y a algunas academias militares.

Los estudios concluyerin en la creación un vehículo robótico blindado llamado T-111 Bobcat con un 'kit' de ruedas pisadoras de minas en su parte delantera, dotado de media docena de cámaras y de juego de radio que permite su manejo a distancia. Apodados Minotauro, 25 dragaminas de este tipo se encuentran ya operativos hoy en día en Afganistán.

Mini drones con baterías solares.

 El Ejército y la Infantería de Marina han adquirido miles de drones de mano capaces de rastrear zonas del campo de batalla. Sin embargo, estos ojos en el cielo tienen una gran debilidad: sólo pueden volar cerca de una hora antes de que sus baterías se agoten. El REF ha podido desarrollar mini drones con alas provistas de células solares flexibles. 

Las células son finas como el papel, con tres capas de semiconductores de arseniuro de galio incorporado. Si soportan “la prueba de Afganistán” el uso de estos drones se extenderá como la pólvora.

Dirigibles espía más ligeros que el aire.

Dirigibles espía de alerta de ataques sobrevuelan ya todas las grandes bases militares en Afganistán. Pero los comandos del ejército están dejando grandes bases para instalarse en puestos avanzados, mucho más pequeños y aislados. Y en esos remotos lugares no hay espacio para la docena o más personas necesarias para instalar y mantener operativo uno de estos grandes dirigibles.

La solución del REF pasa por Altus. Se trata de un pequeño aerostato lleno de helio y capaz de portar unos 5 kilos de equipo de vigilancia y que, además, no requiere mucho personal de mantenimiento, ya que, una vez puesto en marcha, podrá ser operado por un solo soldado. Cuando alguno de estos aparatos detecte algo que pueda representar un peligro, el operador podrá enviar al lugar drones de vigilancia.

Cuatro dirigibles de este tipo, todos distintos, están siendo probados en Afganistán sobrevolando pequeñas bases. En un futuro próximo su número aumentará hasta la docena.

fuente actualidad RT.com