sábado, 20 de julio de 2013

Por “envenenar” a su madre, hermanos mataron a las tres indígenas en Oaxaca

Pedro Matías

OAXACA, Oax. (apro).- Con la detención de Javier José Mendoza Ávila, El Chihuahua, y David Carlos Mendoza Ávila, El Pelais, quedó esclarecido el crimen de tres mujeres indígenas en Santa Cruz Nundaco, el pasado miércoles 17.
Los hermanos confesaron su participación en el triple asesinato para vengar a su madre, Constantina Juana Ávila Lázaro, quien supuestamente murió por un brebaje que le dio Benita Feria Ávila, una de las ejecutadas.
De acuerdo con la causa penal 144/2013, luego de que el juez de garantía libró las órdenes de aprehensión, la Agencia Estatal de Investigaciones detuvo hoy a los hermanos Javier José y David Carlos Mendoza Ávila como presuntos homicidas de Benita Feria Ávila, de 73 años de edad; Estela María Lázaro Feria, de 48, y Elizabeth Cruz Feria, de 18 años.

Los dos sujetos también fueron procesados por tentativa de homicidio calificado con premeditación y ventaja en agravio de la menor de edad Elisa Lázaro Feria.
La Procuraduría General de Justicia del estado precisó que la captura de los hermanos se realizó en las primeras horas de este viernes, a 72 horas de cometido el triple homicidio.
De acuerdo con las primeras declaraciones de los implicados, el lunes 15, alrededor de las 20:30 horas, irrumpieron violentamente en la choza de Benita Feria Ávila para reclamarle por qué le había dado veneno en una botella de aguardiente a su mamá, Constantina Juana Ávila Lázaro, quien al ingerir dicho líquido falleció al llegar a su domicilio.
En la casa de Benita, El Pelais tomó una escopeta que se encontraba colgada en la pared y golpeó en la cabeza a Elizabeth, quien cayó al suelo.
El Chihuahua, en tanto, asestó a Benita varios golpes con una tortilladora que estaba en la cocina. Acto seguido su hermano disparó a la mujer con una pistola revólver calibre 38 especial.
Estela María, la otra mujer que se encontraba en el lugar, corrió por el patio hacia la calle llevando en la espalda a su bebé y de la mano a la niña Elisa Lázaro. David Mendoza la alcanzó y le disparó en la cabeza. El cuerpo de la mujer quedó agazapado en las milpas.
Cuando se retiraron del lugar, la pequeña Elisa levantó del suelo al bebé y avanzó hacia la cocina de la casa, donde encontró los cadáveres de su familia.
Debido a que estaba lloviendo, la niña y el bebé permanecieron toda la noche junto a los cuerpos de sus familiares. Al amanecer llegó su abuelo, a quien le contaron lo sucedido, y dio parte a las autoridades.

Fuente Proceso

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