Alberto Osorio
GUADALAJARA, Jal. (proceso.com.mx).- Huesos humanos y prendas de
vestir que aparentemente pertenecieron a alguno de los seis jóvenes
desaparecidos en Lagos de Moreno el pasado 6 de julio, fueron
encontrados la tarde del pasado sábado cerca de un relleno sanitario
ubicado a un costado de una brecha que conduce a la presa La Sauceda,
sobre el camino que une a Comanja de Corona con Lagos de Moreno.
Un pequeño que jugaba cerca de esa zona descubrió que había algunas
osamentas que le llamaron la atención, por lo que informó a sus
familiares. Posteriormente los parientes del niño dieron aviso a la
Policía Municipal y a su vez la corporación notificó a las autoridades
estatales.
La noche del sábado empleados del Instituto Jalisciense de Ciencias
Forenses (IJCF) llevaron a cabo el aseguramiento de ese material y
procedieron a realizar las primeras labores de reconocimiento de las
osamentas y de las prendas localizadas, para tratar de identificar a
quién pertenecían.
Hasta esta tarde ninguna institución había confirmado el hallazgo, en
tanto que las autoridades municipales optaron por guardar silencio y
dejar todo en manos del gobierno de Jalisco.
El aseguramiento de los huesos y las prendas ocurrió a menos de 100
metros del sitio donde se localiza el predio y la finca cateada por la
Fiscalía General desde hace tres semanas, donde por cierto operaba una
chatarrera y antes de ello una tienda de abarrotes denominada La Ley del
Monte.
En ese mismo lugar se habían descubierto algunas herramientas con
sangre y otras pertenencias de algunos de los desaparecidos, dijo a este
medio Armando Espinoza, padre de David Armando, uno de los
desaparecidos.
En la más reciente declaración sobre el tema de los seis
“extraviados” en Lagos de Moreno, el primer fiscal Luis Carlos Nájera
dijo que algunos de los seis sujetos que están arraigados por ese
ilícito reconocieron que varios de los seis jóvenes desaparecidos
estarían involucrados con el robo de una bolsa de la que no se aclaró el
contenido
Además, que los responsables de los secuestros de los seis jóvenes
eran integrantes de una banda del crimen organizado que se desplazó de
Zacoalco de Torres a la zona de Lagos de Moreno.
Fuente Proceso
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