martes, 24 de septiembre de 2013

La voracidad de un gobernador



Aurelio Peláez

omo gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre­ Rivero ha enfrentado las acometidas de dos ciclones sobre el puerto de Acapulco: el primero en 1997, cuando Paulina arrasó la ciudad y provocó 400 muertes; el segundo fue Manuel, que dejó en el pasmo al mandatario llegado al poder en 2011 abanderado por el PRD. Y mientras el gobierno federal se afana por superar el problema, el mandatario guerrerense está más preocupado­ por cuidar sus negocios, como el del futuro maxitúnel, en el cual participan empresas del magnate Carlos Slim.

ACAPULCO, GRO. (Proceso).- Al igual que en octubre de 1997, cuando el huracán Paulina azotó este puerto y dejó un saldo de unos 400 muertos, la tormenta tropical Manuel tomó desprevenido al gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero.
El sábado 14 y el domingo 15, cuando caían los aguaceros más intensos sobre la ciudad y miles de personas buscaban refugio, incluidos los 40 mil turistas que aprovecharon el puente para vacacionar, las autoridades se afanaban en preparar las Fiestas Patrias.
Hasta el viernes 20 se contabilizaban 18 muertes en este destino turístico, aislado de la Ciudad de México por deslaves en la Autopista del Sol que dejaron varadas a decenas de miles de turistas.
Hace 16 años Aguirre Rivero era gobernador interino. Había llegado al cargo luego de que el presidente Ernesto Zedillo forzara la renuncia de Rubén Figueroa Alcocer tras la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en junio de 1995. Los ejecutores fueron policías estatales quienes intentaron frenar una protesta de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur.
Zedillo asumió incluso la reconstrucción del puerto –como pretende hacer ahora Enrique Peña Nieto– y pidió a Aguirre la renuncia del alcalde Juan Salgado Tenorio, su compadre, a quien acusó de omisión y negligencia en la prevención y atención a los damnificados por Paulina.
Zedillo estaba molesto con Salgado Tenorio pues semanas antes éste presuntamente reveló al panista Diego Fernández de Cevallos que uno de los deudores morosos en el pago al impuesto predial en el puerto era el mismo presidente de la República, quien tenía una residencia en Punta Diamante. El excandidato presidencial panista reveló por esas fechas la infidencia de Salgado a El Noticiero de Televisa.­
En 1997, cuando la tormenta se abatía sobre este puerto, Salgado Tenorio había salido del país; unos decían que el 9 de octubre viajó a Disneylandia o a Las Vegas. Y aunque sus colaboradores trataron de encubrirlo, lo cierto es que el alcalde no apareció esos días.
En aquella ocasión, cuando el aguacero caía en todo el estado, Aguirre Rivero departía, entre otros, con Figueroa Alcocer y Manuel Añorve, mano derecha del actual diputado priista Manlio Fabio Beltrones Rivera y con el entonces senador René Juárez. En ese convivio también participó el entonces diputado local Héctor Astudillo.
En enero de 1998 Añorve sustituyó en la alcaldía a Salgado Tenorio y al año siguiente perdió la contienda interna por la gubernatura precisamente ante Juárez. Astudillo, a su vez, perdió las elecciones por la gubernatura ante el candidato perredista Zeferino Torreblanca en 2005.
Y mientras la clase política del PRI en pleno se regodeaba, el estado, en particular el puerto, sufría los embates de Paulina. Nadie se preocupó por aplicar medidas de emergencia.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1925 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

Fuente Proceso

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