martes, 11 de junio de 2013

Grupo de jóvenes se enfrenta a granaderos en la marcha conmemorativa del halconazo

Emir Olivares Alonso

La marcha conmemorativa de la represión de 1971 contra estudiantes, conocida como halconazo, devino en confrontación entre manifestantes y elementos policiacos, así como en la detención de varios jóvenes.
Cientos de personas se sumaron a la movilización –que como cada año fue encabezada por integrantes del Comité 68–, en la que al grito de ¡Ni perdón ni olvido! se demandó castigo a los responsables de la masacre de estudiantes cometida el 10 de junio de 1971, entre ellos el ex presidente Luis Echeverría Álvarez.

La manifestación comenzó después de las 16:30 horas en dos puntos: las inmediaciones del Metro Normal –donde hace 42 años se suscitaron los hechos– y la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, y culminó con un mitin en el Zócalo.
Ahí, Jesús Martín del Campo, integrante del Comité 68, subrayó que el objetivo de la movilización fue recuperar la memoria histórica y abrir paso a la verdad por la matanza.
Resaltó que se trata de remediar los rezagos de impunidad en que se encuentran esos hechos para convertir a México en un territorio de verdad, justicia y democracia. Agregó que el Comité 68 continúa pugnando ante instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por que sean sancionados los responsables de las matanzas estudiantiles de 1968, en Tlatelolco, y de 1971.
Mientras el mitin se desarrollaba, decenas de jóvenes se enfrentaban con granaderos en el costado poniente de la Plaza de la Constitución.
La zacapela comenzó en la esquina de 5 de Mayo y Palma, cuando jóvenes con los rostros cubiertos se lanzaron contra uniformados que custodiaban una sucursal bancaria.
Con piedras, palos, tubos, cadenas y otros objetos, los jóvenes avanzaron. Los granaderos se protegían con escudos.
La confrontación se prolongó varios minutos y se extendió a Madero y Plaza de la Constitución, mientras desde el mitin se llamaba a los manifestantes a no caer en provocaciones.
Un orador consideró que la presencia policiaca tan cercana a los jóvenes representaba una provocación del Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Por momentos la situación se calmaba, pero tras agruparse, los manifestantes volvían a arremeter, e incluso lanzaron una bomba molotov que explotó a los pies de varios policías. Al final se controló con un extintor.
Ante los constantes embates, los policías recuperaron algunos de los objetos con que fueron atacados y los lanzaron a los manifestantes, lo que causó lesiones a Patricia Olivares, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, quien grababa los hechos y fue descalabrada, y Luis Contreras, fotógrafo de la agencia LatitudesPress, quien fue atendido por los servicios médicos tras recibir una pedrada en la cabeza.
En varias ocasiones los granaderos trataron de cercar a los manifestantes. En uno de esos intentos lograron detener a un joven, lo que provocó los reclamos de la multitud.
En respuesta, algunos manifestantes retuvieron a varios trabajadores del GDF. Uno de ellos fue Pedro Bello Aguilar, director de atención ciudadana y concertación política. Para dejarlo ir, demandaban un intercambio por el joven detenido.
Bello fue golpeado por varias personas. Entonces se dio la orden a los granaderos de actuar contra los inconformes, quienes al ver que los uniformados se dirigían hacia ellos soltaron al empleado del GDF y corrieron.
A partir de ahí se dieron varias detenciones, en la mayoría de los casos los jóvenes aprehendidos eran sometidos a golpes por los uniformados.
En la movilización participaron, de acuerdo con los organizadores, más de mil 500 personas, en tanto que las autoridades reportaron mil 200.

Fuente La Jornada

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