martes, 21 de mayo de 2013

El caso Morales Ibáñez, prueba de los pactos entre PRI y PAN: expertos

 Ciro Pérez Silva

El nombramiento de la ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Marisela Morales Ibáñez, como cónsul de México en Milán, es un forma de proteger a uno de los funcionarios que mejor respondieron a las políticas de seguridad dictadas desde Estados Unidos durante el sexenio calderonista, y cuya permanencia en México representaba un riesgo para el actual gobierno por los varios desaciertos que cometió desde la PGR, advirtieron especialistas en temas internacionales.
Para el director del bachillerato en relaciones internacionales del Tecnológico de Monterrey, Adolfo Laborde Carrasco, se trata de un claro acuerdo político entre la pasada administración panista y el actual gobierno para tener lo más lejos posible a la ex funcionaria en un cargo que, por lo demás, debería estar destinado a un miembro del cuerpo diplomático.
“En la cancillería, Marisela Morales cuenta además con un aliado político en la personal del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade –secretario de Energía y Hacienda en la pasada administración– y no deben pasar desapercibidos la serie de encuentros que sostuvieron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en el periodo de transición. Al primero le conviene protegerla, por todos los errores que cometió como procuradora, al segundo le conviene tenerla lo más lejos posible para evitarse posibles críticas a la nueva política de seguridad”, aseveró.

En tanto, para Eduardo Rosales Herrera, internacionalista de la Universidad Nacional Autónoma de México, la presencia de Marisela Morales en México era insostenible.
Durante el gobierno de Felipe Calderón, México padeció una de las políticas más entreguistas y sumisas frente a Estados Unidos y Marisela Morales fue pieza clave para poner en marcha la abierta injerencia de ese país, atendiendo las recomendaciones de las diversas agencias de inteligencia estadunidenses que operan en México, sobre todo en el caso del uso de testigos protegidos, previamente avalados por estas agencias.
De los yerros que cometió la ex titular de la PGR destaca la aprehensión del ex fiscal contra el crimen organizado, Noé Ramírez Mandujano, quien fue acusado de vínculos con el narcotráfico.
Junto con él fueron detenidos Javier Herrera Valles, ex coordinador d Seguridad Regional de la Policía Federal; Víctor Garay Cadena, ex comisionado de la Policía Federal, y Rodolfo de la Guardia García, ex director de Interpol México
Otro caso fue el del general Tomás Ángeles Dauahare, quien fue acusado de estar vinculado con el narcotráfico, entre otros. La PGR no pudo sustentar ninguna de las acusaciones y todos ellos fueron liberados.

Fuente La Jornada

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