martes, 21 de mayo de 2013
PAN: Cordero candidato y la mano de Peña
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F. (apro).- Hasta este domingo 19, los fieles a Felipe Calderón estaban dispersos y confrontados, sin “gallo” para la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), pero Gustavo Madero les dio un triple obsequio: Les hizo candidato a Ernesto Cordero, los cohesionó como grupo y les validó el discurso opositor.
Por eso la primera acción de Cordero fue articular una estrategia para presentarse como víctima del autoritarismo de Madero por oponerse a que el PAN sea un “satélite” de Peña –el Peña sí cumple declarado a Proceso fue clave– y anunciar que recorrerá el país en apoyo a los candidatos de su partido en los 14 estados donde habrá elecciones el 7 de julio.
Cordero no pudo haber tenido mejor plataforma para iniciar su campaña por la presidencia del PAN que su destitución como coordinador de los senadores y que él mismo buscó al retar a Madero, a quien ahora acusa de imitar prácticas priistas “del pasado que, cuando alguien es incómodo, se le remueve del cargo”.
Amnésico por conveniencia, Cordero omitió naturalmente que el jefe de su grupo, Felipe Calderón, incurrió también en un desaseado episodio semejante en junio de 2008, cuando Germán Martínez Cázares, entonces presidente del PAN, removió del mismo cargo a Santiago Creel, quien fue sustituido justamente por Madero, entonces fiel a esa facción.
Como Madero ahora, hace cinco años Martínez Cázares alegó públicamente que se haría una “evaluación” de la coordinación de Creel, pero lo hizo cuando la decisión estaba tomada de antemano y al margen también del ámbito partidario y parlamentario.
En efecto, si la destitución de Creel obedeció a una orden de Calderón, acatada servilmente por Martínez Cázares, para darle gusto a Televisa, como acusaron entre otros el senador Javier Corral, la remoción de Cordero es también, según felipistas, un manotazo de Madero para darle gusto a Peña, que lo tiene embelesado.
De ser cierta la versión de que Peña pidió cortarle la cabeza a Cordero, Madero habría llevado al PAN a un nivel de corrupción inaudito que, sumado a la degradación diagnosticada en varios ejercicios previos y posteriores a la derrota del año pasado, implicaría su fin como partido político, de por sí convertido ya en un “satélite” del gobierno priista, como lo fue también con Calderón.
La supuesta intromisión de Peña en el PAN puede calificarse de absurda, porque una rebelión en el grupo parlamentario del PAN en el Senado cancelaría o al menos obstaculizaría la aprobación de reformas como la fiscal y la energética que le son prioritarias, salvo que tenga la certeza de que los disidentes las aprobarán porque también son su proyecto.
Y es que, en realidad, la guerra de facciones en el PAN no es ideológica ni programática, sino sólo una vulgar disputa por el poder: La agenda de Cordero y Madero es, exactamente, la misma y es también la de Peña y su gobierno, a la que se ha sumado ahora una porción de la izquierda perredista.
Esta agenda tiene ahora el nombre de Pacto por México, cuya columna vertebral son las reformas energética y fiscal que han sido impulsadas desde los priistas Carlos Salinas y Ernesto Zedillo hasta los panistas Vicente Fox y Calderón, y que Peña cree poder materializar con el respaldo de las dos principales fuerzas políticas que dejaron de ser oposición.
Tan es así que, en 2008, Creel fue removido como coordinador de los senadores del PAN en el contexto de la discusión de la reforma energética que presentó Calderón y cuya aprobación finalmente se frustró en los términos que él y quienes lo respaldaron en su campaña presidencial pretendían.
El encono de Calderón y su grupo contra Madero sólo se explica en términos de la disputa por el PAN para ser el interlocutor de Peña, no para promover un proyecto alterno y menos aún antagónico, como se acredita en los dos sexenios panistas.
Esa partida la ganó Madero a Calderón, cuyo gobierno ha quedado exhibido como inepto en prácticamente todos los órdenes, y la seguirá ganando si, como se prevé, en las elecciones de julio retiene la gubernatura de Baja California y algunas posiciones en otros estados que permitan lo que es su proyecto inmediato: Su reelección.
Madero tiene todo para reelegirse: Tiene el partido y tiene el gobierno, el de Peña, claro.
Aunque, involuntariamente, su decisión de remover a Cordero logró reagrupar al felipismo, darle el candidato que no tenía y convalidar su discurso de oposición aunque no lo sea…
Apuntes
Debería ser un escándalo, pero la condonación de 3 mil millones de pesos de impuestos a Televisa, que Peña avaló, quedará como otro capítulo de complicidades y de impunidad en el México de la simulación…
Fuente Proceso
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