miércoles, 2 de enero de 2013

En 2012 se registraron tres mil ejecuciones en Coahuila, NL y Tamaulipas Juan Alberto Cedillo



Juan Alberto Cedillo

SALTILLO, Coah., (proceso.com.mx).-   Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas cerraron 2012 con alrededor de tres mil homicidios relacionados con la delincuencia organizada y una cifra similar de desaparecidos.
Esta región se convirtió en la más violenta del país. Por citar un ejemplo, Torreón, Coahuila, sustituyó a Ciudad Juárez como la ciudad más sangrienta de México.
La inseguridad del noreste representa un reto para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, quien se propuso reducir en 50 por ciento los crímenes violentos durante su  primer año de administración.

Peña Nieto dividió al país en cinco regiones como parte de su estrategia para combatir el crimen organizado, en estos puntos se crearán 15 unidades de la nueva  Gendarmería  Nacional especializadas en combatir el secuestro, la extorsión y los  homicidios.
Las estadísticas de la Procuraduría de Justicia de Coahuila arrojan que en 2012 ocurrieron mil 123 homicidios dolosos en todo el estado. Esta cifra no toma en cuenta el mes de diciembre, pues el corte actual es de noviembre.
La región integrada por los municipios de Torreón, Matamoros y San Pedro de las Colonias  registra más de mil  de esos homicidios, nueve por ciento más que el año pasado.
La Laguna es disputada por los cárteles de Sinaloa y “Los Zetas”, y en los pasados dos años la  “narco guerra”  provocó masacres en bares, cantinas, centros de rehabilitación de drogadictos y prisiones.
La situación de violencia en Coahuila se agrava si se consideran  los más de mil 400 desaparecidos que registra la Subprocuraduría  para la Investigación y Búsqueda de Personas no Localizadas.
A esas estadísticas habría que sumarle decenas de personas que desaparecieron durante los tres primeros meses de 2011 en los municipios de Allende y Nava, los cuales son investigados por la Procuraduría de Justicia de Coahuila.
En Nuevo León, las cifras de las Procuraduría General de Justicia del estado arrojan que en 2011 se cometieron 2003 homicidios dolosos y hasta el mes de noviembre de 2012 suman mil 370.
Desde 2010, Nuevo León, el estado más industrializado del norte del país, ha sido escenario de las mayores  masacres registradas  en los últimos años: las 52 víctimas del Casino Royale, ocurrida en agosto de 2011.
Además,  22 personas murieron tras un atentado en el Bar Sabino Gordo; 44 reos fueron masacrados en el penal de Apodaca y  fueron abandonados  49 cuerpos descuartizados en el municipio de Cadereyta.
Las cifras conservadoras de personas desaparecidas en los últimos tres años suman más de mil. Actualmente la Procuraduría de Nuevo León investiga alrededor de 240 casos relacionados con privaciones forzadas en donde participaron policías y agentes de tránsito al servicio de la delincuencia organizada.
En Tamaulipas, entidad donde el crimen organizado impone su ley, las cifras –poco creíbles– de la fiscalía señalan que hasta septiembre de 2012 sucedieron 787 crímenes violentos.
Además, se registraron 236 privaciones ilegales de la liberad y 88 secuestros denunciados ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Las cifras maquilladas de desaparecidos contrastan con las reportadas ante la Procuraduría General de la República (PGR), donde Tamaulipas registra el mayor número de personas privadas de su libertad en México.
La estadísticas de la PGR arrojan más de 400 casos de desaparecidos, de los mil 302  reportados ante esa dependencia en el último año.
A diferencia de otros estados del norte del país, en Tamaulipas los medios locales no publican la violencia e inseguridad que priva en el estado.
Apenas hace poco, decenas de familias se organizaron y utilizan las herramientas que les ofrece las nuevas tecnologías para a difundir algunos casos de personas que fueron privadas de su libertad por los grupos del crimen organizado que dominan  el estado: el cártel del Golfo y los Zetas.
Para ello crearon la página en Facebook “Esperanza por Tamaulipas”, donde  han expuesto 117 casos de personas desaparecidas, la mayoría entre los años 2010 y 2012.
Las familias también se están organizando para exigir que el Ejército y la Secretaría de Marina se mantengan en las calles de Tamaulipas. Otros proponen armarse para defenderse de la delincuencia organizada.
En diciembre, la “narco guerra” no se detuvo y sí se incrementó: En los últimos días del año Coahuila cerró con seis personas colgadas en un puente;  el descubrimiento de narcofosas donde los Zetas enterraron cuatro mujeres y en Torreón sicarios atacaron el centro de Rehabilitación Oasis, donde mataron a una persona e hirieron a tres.
En Monterrey, miembros de la delincuencia organizada irrumpieron en una celebración de 15 años y mataron al padrino de la quinceañera e hirieron a once invitados. Horas después, sicarios acribillaron con fusiles de asalto a seis jóvenes, matando a dos y dejando gravemente heridos a cuatro, en el barrio  Tierra y Libertad.
Las autoridades de Nuevo León presumen la reducción de las “ejecuciones” en 2012. Sin embargo, esconden que se han disparado los secuestros y las extorsiones.
En Tamaulipas fueron abandonados dos camiones con cuerpos descuartizados: uno en Ciudad Mante, con cinco cadáveres, y otro en Soto la Marina, con ocho cuerpos. Además, en Nuevo Laredo fue localizado en el estacionamiento de un Wal Mart un vehículo con una cantidad de cadáveres que no fue precisada por la Procuraduría estatal. Testigos de los hechos aseguran haber contado cuarenta cuerpos.

Fuente Proceso

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